SONETO A JUAN MEDINA (FORRAJE)



El Cobre - Algeciras

El irrumpió de Cobre, espigado, erguido,
ansiaba volar alimentando a su gente.
Brotó de su garganta, grito hiriente
como el corazón de un pájaro prendido.

Su pecho sin sombra, consumido
soportaba vientos, hincándoles el diente
como herencia que sangra aún caliente
que mantiene fuerte el corazón su latido.

Transitó aquí con su pueblo, en su tierra
a la que amó y comió pan negro, amargo,
consumió semillas. Pero no se fue del todo.

Como dúctil metal brilla en la sierra.
Se puso negro el cielo de angustiado letargo
la sangre fluye purificada y a su modo. 
Antonio M. Medina