PADRE

Cuando mi padre era joven
de niño yo le intuía y le quería.
Cuando mi padre vivía
en la sierra, junto al alba
me regodeaba con él
de su figura lozana.
 
Mi padre era campesino,
de los que dejaban huella,
que subía a su cortijo
silbando coplas divinas
que de lejos yo escuchaba
y me ponían sobre aviso
para correr a su busca
recogiendo su cariño,
que gustoso él me daba.
 
Mi padre cuando era joven
sé que él a mí me quería.
Otra tierra, otra vida, otra cultura,
otra alegría.
Con su menudo bigote
y su boca bien formada,
silbando coplas hermosas
que me inundaban el alma.
 
Mi padre cuando era joven
soñaba con otros mundos,
siempre mirando a las cumbres
con la frente levantada
y el corazón en un puño.
 
Postrado en una pequeña loma
pintaba lindos paisajes,
el Peñón de Gibraltar,
el Estrecho con sus aguas y
las tierras que bañaba.
 
Mi padre cuando era joven
me alegraba con su silbido
yo sentía su palpitar;
siempre corría a su encuentro,
su figura enamoraba,
luz desprendía su cuerpo,
su figura encandilaba.
Un silbido salía de sus labios
resonando su eco en toda la serranía,
impregnando mi alma,
como buen pastor y buen guía.
 
Antonio Molina