Deja que la luz alumbre mi cabaña;
que las nubes compartan
las sombras de mi casa;
que sus ojos miren
las pestañas de los míos,
y que la lumbre de su hoguera
caliente el corazón
repleto de esperanza,
que sueña con la luz
que sus ojos almacenan.
Y deja que su corazón resuene
repleto de sustancias,
para que me hagan galopar
por esas verdes campiñas
que diviso desde el alba.
Antonio Molina Medina
Desde el alba con la mirada puesta en la luz de tus versos, alumbrando tu cabaña, mientras las nubes se disipan, y el sol brilla en tus pupilas resonando los latidos de tu corazón.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte, amigo Poeta, aquí y allí.
Un beso muy grande.