RÍO GENIL

Por el Genil caminaba.
Yo miraba su rostro.
En el rio de sus lágrimas
su cara aun relucía
y su sonrisa de plata,
con la fuerza del caballo,
arrastraba su mirada.
Porque se tuvo que ir
a esa cárcel de su nada.
Aún le recuerdo en los bosques
acompañando a sus cabras.

Recuerdos que acumulados
se esparcen por su Granada
En la vega canta el pájaro
y el pez salta en el agua.
Aun su voz suena a temprana.
La noche se hizo tinieblas.
Oímos su voz asustada.
Los disparos le acunaban
y la tierra, cuna, lo aguardaba.
Las gentes velan su sueño
nadie duerme esa mañana.
Un trueno rompe el silencio
con una salve de sangre.
Sangre de él derramada.

14/07/16

Antonio molina Medina