SU FINAL

Le dijo adiós.
No fue una despedida.
Se ausentó dejando
de mirar su cuerpo,
su escultura.
Poderosas torres.
Columnas de mármol.
Ni Hércules con su fuerza,
las derruirá en el asfalto.


Su punta de acero
penetra la tierra,
se acopla a su cuerpo
para fecundar con ella.


Antonio Molina Medina

SOLO LA VERDAD

Estaba harto de mentiras. De sonrisas.                      
forzadas. De miradas que miran.
De infelices sueños que quemaban su vida
haciéndose daño con sus propias espinas.
La casa era muy grande, de inmensas cristaleras,
de perpetuas mentiras, de cuentos de calleja.
Ríos contaminados sin ni siquiera yerba.
Envuelto en las mentiras que rodean la tierra,
surcó los continentes en vuelo de gacela.
Conoció otros vientos que limpiaron su mente y
dieron fuerza a su cuerpo cargado de miserias,
donde el hombre era libre como pasto en pradera
El corazón tañía sueños de primavera
Aunque se rompiera en mil pedazos.
Seguirá su destino. Desvaneciendo fantasías
de inalcanzable quimera que estallaron,
cual rosa desprovista de olores que
entorpece su olfato despoblado
Diluido con el beso del ocaso

Antonio Molina Medina

ANDALUCÍA

Pasa el tiempo y la vida se camufla
envuelta en sombras y tinieblas,
pero las ideas no dejan de fluir
aunque perezosas se aferran
a su cuerpo. Tienen el corazón
aún sediento de aquello que ama,
amo y amará: su tierra y los suyos,
que siempre estarán prendidos
en su alma sin despecho,
con el corazón en el laberinto
de los que le inculcaron el amor
a todo lo que huele a Andalucía,
sus gentes y el hábitat que nos dio su cielo.
Antonio Molina Medina

SENTIMIENTOS

Envueltos por el negro de la noche
caracolean los pensamientos
buscando las estrellas
que, sigilosas, desplazan a su rey,
ése que duerme sin pausa
para que la luna nos deje soñar
con los versos y coplas
hasta el amanecer.
Antonio Molina Medina


LA BUSCA

Busca su perfil seguro
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.

Ya, mi sino está cumplido,
y mi Dios es mi destino.
Sólo siento la compuerta
que se abre 'pa' tragarse
lo simple que era mi cuerpo,
que ya no siente ni sufre
por el amor que te tengo.

Serrana, quererte es cosa sencilla y
amarte un cumplido.
¡Dios!, ¡Cuánto amor place
en mi pecho y cuánto lo que
te quiere este corazón sin trabas
ni puentes ni obeliscos!

Antonio Molina Medina

LA NADA

Hace tiempo que surgió de la nada.
Cual primicia le entregó toda su alma
buscando libertad.
Hoy te ha palpado con pena.
Ha mirado el reflejo de su rostro que.
triste y cabizbajo soporta la tristeza.
Empequeñecido, el gorrión volaba entre nubes
buscando la seca sombra de su rama
que cruje en su cuerpo de luto por ella.
El viento sigue repicando y la campana de la torre
crepita sin tregua en la plaza.
Son tañidos tocando a diana

entre callejuelas al pie de su valle.

Antonio Molina Medina

CLARIDAD

                           
                       Todo es claridad,                         
por eso actuamos sin mirar a los lados,
sin pensar en lo hecho ni en seguir camuflados.

Sólo siento un poder de plegaria,
una mano que aprieta y soporta mi espada.
¿Es posible sentir lo que nunca existió,
lo que nunca vivimos y menos lo que
supone el miedo la súplica y el cariño?

Caluroso es el cielo repleto de firmes estrellas
como puntos de luz que mi alma llenan.
Los pájaros retumban cuando
dormía en la era junto al trigo.

Todo lo que tengo me produce urticaria,
me da miedo la vida cómoda y solitaria.
Viviré mientras pueda componer mis miserias y
dormir de un tirón con la conciencia tranquila.

Antonio Molina Medina

LA VEGA


Da impulso a su cuerpo,
de donde caen las granadas.
El suelo se llena de jugos.
Granos rojos de esperanza.

La cuadra se repleta de cáscaras,
de aromas engranados,
de azúcares y de miel.
Mezcla de rojo y sangre
recorre las arterias de su cuerpo.
En el final del camino, dónde
reponer su corazón de
amores perdidos,
busca la fuerza de su alma.

Antonio Molina Medina

AMISTAD QUERIDA MIA

Hola corazón, ya que se que lo tienes, cuyo valor es incalculable, hecho de la mejor tela de la india, capaz de dejarnos plenos de legados, que escritos entre sus bordes, nos hacen suspirar por él y recordarnos lo mucho que lo usas para sembrar los campos de semillas, llegando a los más recónditos lugares.
Son las hondas que trasportan la pesada carga que rutia por las ondas de nuestro  corazón ya trasnochado que se detiene a sujetar sus latidos en el fondo de su alma. La luz de su entendimiento se dilata cada día más intensa y fructífera, como alaridos que brotan de su garganta, que no se cansa de pensar en todo lo que de mal te acosa y le desangra.

Amiga mía, por más que devano las hebras de mi entendimiento no soy capaz de buscar algo con que poder dejarte un poco de aire que te sirva o, una señal que detenga tu sufrimiento y la angustia que tu sombra pasa.
Después de unos días disfrutando la naturaleza en la tierra que te acompaña solo pienso en como poder acompañarte en estos momentos ya largos con tu cruz a la espalda.
Mi mente se pelea en su interior y de mi cuerpo solo busco la esperanza. Quizás sea un torpe caminante que ni siquiera caminar sabia, y pretendo acompañarte en tu camino, largo y sentido; lleno de obstáculos, por los que pasas.
Pero aquí estoy sencillamente sentido y comedido, tratando de animarte con mis torpes panfletos.
Ya sé que es muy fácil compartir en el papel los sufrimientos por los que pasas, pero también te diré que, me cuesta transformar mis palabras en algo que te pueda ayudar en tu camino.
Pero aquí estoy mi querida amiga, y estaré, sin complejos ni zarandajas. Trataré que sientas, aunque sea en la lejanía, que alguien está a tu lado, de la única manera que puede estar, con palabras de ánimo y mucha fe en ti querida amiga.
Te mando las rosas que poblaban los alrededores de la finca donde soñaba recordando tus palabras envueltas en los versos que atrapas sin descanso cada día.

Estoy animado ya que parece que algunas personas se preocupan por mis escritos y eso me da ánimo para seguir con la cruz a cuestas, caminando las veredas por donde camino y si que espero que…, algún día me pueda encontrar con esa viejera que camina a  mi par, por las tierras de Castilla. Por los trigales, cebada, avena y centeno, envueltos en la fina harina para el invierno.

Algún día podre encontrar tu sombra, la que me protegerá del sol que campea por Castilla, ya que los Ángeles están siempre volando, sus sombras se engalanan con sustancias que provienen de la estepa Castellana y el Blanco de la Cal de mi tierra soberana.
Espero que estas tonterías que me salen sin  pensarlo te puedan hacer sonreír y a tu rostro se le acelere la sonrisa.

Algo se mece en los aires de Castilla capaces de superar el fuego que muchas veces nos quema el alma y nos deja sin fuerzas, pero le ganaremos la partida, para acunar tu corazón entre las manos.
Antonio Molina Medina

LATIDOS EN CASTILLA

Bajo casa de adobe y añoranza
Por la noche brotado a su estancia
Contorsionado su cuerpo
Entre sabanas blancas

Traspasando barrera de olvido
Millones de ojos en el cielo lo abrasan
Cielo azul. Estrellas apuñadas
Rodeaban la cuna de sueños de almohada

La cigarra irreverente se amotina
Negando sus truenos a la tierra
Coloreando sus alas con la brisa
Por los campos cubiertos de soles

Para la yunta de bestias de carga
El carro, silencioso acopla su cuerpo
Saltándose las reglas de su noche
Cuya luna ensombrece su campo verde.

Los meandros surcan sus aledaños
De pezuñas enroscadas de mulos
Acarreando el trigo y cebada…,
Planeando mieles, en la era castellana.


Antonio Molina Medina

LUISA

Una loba lo crió
en un cortijo en la sierra.
Le amamantó con sus pechos
Y le enseñó a ser persona.
Supo inculcarle la sabia
de raíces de su tierra.
Su corazón fue su guía;
su comida, su fortuna y
las leyes que concebían
eran su pura miseria,
que las cubrían de oro,
del color de las espigas.
El tiempo que todo lo cura,
con jazmines furtivos,
sembró de campo su vida.
Antonio Molina Medina