SOLO LA VERDAD

Estaba harto de mentiras. De sonrisas.                      
forzadas. De miradas que miran.
De infelices sueños que quemaban su vida
haciéndose daño con sus propias espinas.
La casa era muy grande, de inmensas cristaleras,
de perpetuas mentiras, de cuentos de calleja.
Ríos contaminados sin ni siquiera yerba.
Envuelto en las mentiras que rodean la tierra,
surcó los continentes en vuelo de gacela.
Conoció otros vientos que limpiaron su mente y
dieron fuerza a su cuerpo cargado de miserias,
donde el hombre era libre como pasto en pradera
El corazón tañía sueños de primavera
Aunque se rompiera en mil pedazos.
Seguirá su destino. Desvaneciendo fantasías
de inalcanzable quimera que estallaron,
cual rosa desprovista de olores que
entorpece su olfato despoblado
Diluido con el beso del ocaso

Antonio Molina Medina