ORDUÑA

 

Valle de Orduña- Bizkaia- País Basco

ORDUÑA

Y volví una vez más a beber del vaso de oro de donde brotaba el agua cargada de paciencia; para que mis pasos transiten sin prisas por los caminos de carros y de bueyes y de ganado que dejaron las pezuñas ya sagradas por el recorrido de nuestra memoria y que hoy pisan con años de existencia.

 

Orduña- Bizkaia- País Basco

Sendero ordenado, capaz de abarcar los carros llevados por bueyes dejando un reguero de marcas de sus ruedas de madera y anillos de acero, cargados y repletos del oro rojo del trigo de sus campos, acoplados a sus cartolas al paso lento, muy lento, de bueyes bien adiestrados camino de las plazas redondas de la esperanza. Entre las ovejas, y vacas y cerdos caminaba su cuerpo dejando y pisando sus rastros entre el verde, verde de olas, que catapultó su figura escuchando el sonido de las pisadas sagradas de los que nos precedieron, entre tiernos brazaletes de flores que nos adornaban con sus verdes ramas, los arcos del camino; sereno y ganador, confinado su cuerpo por donde caminaba. 

 

Orduña-Bizkaia- País Basco

Le salieron al paso, los sonidos y movimientos de la naturaleza: lagartos, serpientes, escarabajos, algún tipo extraviado, y algún ratoncillo descuidado que le saludaban extrañados ante la asonancia de sus pasos; mientras las vacas pastaban sin sueños que, ante la presencia de un ser extraño, observaban su presencia levantando la cabeza y con sus ojos le observaban, rumiando la hierba que les ofrecía su estómago ya saciado.

Sonríe sus conocimientos sobre el ganado y se aleja de ellos, que no apartan la mirada de su figura para, ellas extraña.

 

Orduña- Bizkaia- País Basco

Sigue rodeando la ciudad. Vista desde la lejanía, se erige altiva ante los caminantes que la devoran con sus ojos, rodeada por el ‘bosque-zar’ que la envuelve, atrapada entre sus murallas, traspasando sus siglos de historia. Vuelan sus inclinaciones; mientras su mano agacha la frente de los bueyes que tiran de sus inclinaciones, abriendo la puerta que acarrea su mente y hacen revolotear a los pájaros entre las espigas, ellas, muy doradas, repletas de granos.

 

Tertanga-Álaba- País Basco

Puso su cuerpo en reposo en la verja del cementerio de ‘Tertanga’ para descender al pueblo de los labriegos, edificios añejos le daban su sombra mientras, de sus fuentes, el agua fresca y clara caía abundantemente al pilón de la esperanza. Los lavaderos de antaño, reposaban sus aguas cumpliendo años.

 

Tertanga- Alaba- País Basco

El tiempo se precipita y él busca la sombra de la montaña, saludado por el río el que se descuelga de su pico: El fraile; el sonido del agua le introduce en un riachuelo glorioso de agua fértil y sin impurezas, y se acerca a la hondonada y relucen las ascuas de la verdad, de donde el campesino se nutre de su humedad, sus pasos catapultan el silencio ante el final de la explanada. Y su vuelta será entre el asfalto, dejando sus orillas, cercano a su puente, sediento de sueños, higueras cargadas de frutos que brotan de su río, que aún se mantienen cercanas a sus casas y sigue por el asfalto ya que el valle y la ciudad de Orduña le llama. Antes de adentrarse, sus pasos se licuan entre las viñas ya destetados sus racimos, cuyas hojas van cayendo al final del precipicio.

 

Plaza y fuente de Orduña- Bizkaia- País Basco

La ciudad le espera y él va en su busca… buscando su plaza, su fuente de agua clara, la que en su día le dio la vida sin pausa, ya que siempre estaba disponible para alcanzar su líquido que protegía su cuerpo y su alma. Mientras, las ventanas añosas del cuartel peregrino de tantas hazañas, adornaban su plaza junto al púlpito de la música y su jardín de plata.

 

Plaza de Orduña- Bizkaia- País Basco

La danza se enmudece y las parejas se alejan, y el silencio se explaya en su jaula nocturna. Mientras, él sueña momentos gratos; maestros con alma y corazón templado a los que él mira desde su alma que sigue peregrinando, acelerado y sin pausa, asimismo su sangre hostiga sus venas, recorriendo su cuerpo a través de los senderos que conducen a la fuente y su plaza de la que, en otro tiempo, bebía y la degustaba.

Orduña- Bizkaia- País Basco


14.11.24        

Antonio Molina Medina