SENTIRES DEL CAMPO… EN EL CAMPO.

Trasteaba la tierra, con la azada entre sus manos…
En ese soplo de tu vida, te detienes, observas todo lo que te rodea y miras por tu interior. Descubres lo que fuiste, lo que eres. Se paralizan tus pensamientos y te sonríen, porque no sabes lo que serás, ni como terminaran tus pasos al andar.
Recuerdas a tu madre y a las mujeres de su época y te estremeces por la vida que, estaban obligadas a llevar…

Aún, su figura convulsiona tu cuerpo. Se hace materia en tu mente y sientes su llamada para aferrarte a su mano, pegarte a su cuerpo en un abrazo de humano. Te aferras a su sonrisa aunque entristezca su mirada, taladrándote sus ojos, para quemarte en su mirar. Degustando sus sentimientos, que aún musitan de su cuerpo, que no dejan que pase el tiempo. Envuelto en su viento reclama su sangre ya derramada. Cabizbajo, suspira su alma ya resquebrajada donde aún hierven las plegarias repletas de sentimientos, incapaces de desistir. Afloran insistentemente del corazón sus latidos… tañidos que le reclaman, que impactan cual arrebato de campana, que hacen brincar mis sueños.
Con una azada entre sus manos, limpiando el sudor con su dorso, percuten en sus oídos sus sonidos con gozo. ¡Aún repican tiernos, en atrayente pedanía, donde destapan sus sueños regodeándote en el azul cielo de su tiempo! Entre las almas que desde  Sinovas fluyen complacientes por las tierras castellanas.
19/06/17

Antonio Molina Medina