EL OLOR DE PRIMAVERA: FEDERICO, ANTONIO, WALT WHITMAN…SUAVIZAN MI MENTE Y DA FUERZA A MI ALMA…

 

Pedro Abad. Córdoba

En el despertar.  los primeros recuerdos. El aroma del campo puebla aún mi respirar que, silencioso, penetra en su cuerpo desde la cercanía de los pastos recién segados del trigo y la cebada  donde el calor aprieta el cuerpo y libera mi alma, desde la que se precipitan desde su frente, hoy ya arrugada, fuerte regueros de agua salada cuya gotas son recuerdos de la mar que camina por su cuerpo... Pensamientos que se diluyen por su organismo, añoso y ya estéril que dejaba vociferar a su carne cubierta por las arrugas de su piel.

Mientras de la tierra se evapora ese olor a tierra abonada, cuyas sustancias dormían fermentando en sus entrañas la próxima cosecha, cual sangre caliente que altera los sentidos  los que, fogosos de salud, deja al descubierto las raíces de sus versos, cual grano almacenado en los molinos de su inteligencia.

 

Pedro Abad Cordoba

Algunos seguimos buscando con insistencia a la Madre Naturaleza. La que nos dio la vida y, a la vez, la que recogió, ya repleta, los cadáveres que aún infectan las praderas,  revolviéndose entre tierra ciega que calienta sus cuerpos donde brotan de sus surcos las cosechas.

Quizás los turbios campos repletos de restos antiguos, de seres hambrientos de libertad no conseguida cuyo hedor adormece sus pensamientos por la carne corrompida y olvidada... Mientras, las huellas de pies descalzos… zapatillas de esparto... dejan sus sueños al descubierto mientras camina. Y no hay engaño en sus pisadas, evitando pisar a los minúsculos animales que pueblan por la sabana entristecida, repleta hoy de viñedos y de espigas de grano salvador y volátil que aún nos acompañan por los campos y los prados… mientras, algunos granos, el arado los cubría de ilusiones esperando copular envueltos en tierra bien oxigenada, adonde posaran sus cuerpos  hediondos en los surcos que aporrearon su cuerpo al compás de la luna que nos acompaña.

 

Ainovas Aranda de Duero

Aunque los cielos dejen de tronar y el manto frío de la escarcha nos observe, germinarán los campos que serán poseídos por las tormentas, y el astro sol dejara sus rayos para aportar su calor que la hará fecundar,  dando paso a los brotes verdes que cubrirán el manto inmaculado de la tierra fecundada. Y los huertos que circundan las aldeas donde tallos verdosos y tiernos brotarán, sacudiendo la tierra sus semillas: judías, habas, garbanzos… cebollas, alubias, lentejas…  Y capullos primorosos de las ramas de los árboles frutales darán paso al ruido de mentes saludables sonrisas, cuyas muecas transformarán sus rostros curtidos y labios gruesos, apretados para sentir en sus cuerpos el escalofrío del viento frío que se adueña de sus humildes hogares.

 

Y vuelve de nuevo la primavera, y las aves revolotean por el campo y sus hogares. Y los ciervos brincan por la estepa dejando sus berridos entre la tierra fértil, y los nidos se plantan entre las espigas junto a las ramas nuevas de los sauces y pinares y árboles frutales.

 

El Cobre Algeciras

Las cuadras se pueblan de nuevos habitantes, inquilinos deseados para la comarca: caballos, becerros, ovejas  y yeguas apareadas, junto a las ovejas con una nueva cría en sus entrañas… formarán la nueva tropa en las cuadras.

A la sazón, los surcos de tubérculos brotan a respirar su nuevo ciclo de vida y sueños… Blancos, verdes, verdes oscuros, brotan de sus asentamientos, donde las aguas y el calor del astro sol los hará retomar su salida y crecer hasta su madurez, recibiendo de ellos su alimento y lucidez. También los surcos del adormecido maíz se elevan sin pausa, esperando que de su tronco rompa el fruto que manara ante sus incrédulos ojos, como las lágrimas que brotan de las cepas de viñedos en su nuevo renacer.

 

Y siguen surgiendo los sueños de los labradores, a pesar de que la tierra almacena cuerpos putrefactos que un día cubrieron sus cosechas… Quizás hoy se repueblan las semillas que sus cuerpos recogieron; esas partículas, sedimentos de la sombra de sus cuerpos, mientras los vientos aflorados limpian la hiel de sus campos, dejando ese abono cómplice de efervescencia, donde el engaño sea una anécdota invisible, y el fuerte viento nos lleve ese amor fertilizado, limpio de impurezas, de aquellos campesinos que aún se aferran al arado y dejan en los surcos verdes, en las palabras cual placer para sus gentes… Apartando las lenguas viperinas que entorpecen nuestra convivencia para que el ser humano camine desnudo, como vino, con la paz y no la fatiga.

 

Orduña Bizkaia

Aunque su corazón desnudo ante el mundo sea un manantial de agua depurada de maleza, que no implica la fiebre que altera los enjambres… Los que depositaron en él mentes aseadas, agua de pozos y manantiales de las aberturas de la roca: si bien tenga que apartar de su boca las zarzas, donde las moras de colores endulcen sus labios comprimidos que, ardorosos, se solazan del fruto de la tierra, mientras que las viñas se acercan al paladar entre granos y briosos racimos, chorreando por la comisura de sus labios el caldo enfurecido e incontrolado, al romper los granos de los que su paladar se apropia, enfurecido en sus caricias.

Pero existimos con la tierra muy removida y airada y los hogares vierten las cenizas por las ciudades. Y, de los parlamentos, solo injurias y mentiras nos mandan airados, entre los sollozos de la ciudadanía que los contemplan.           

 

Sinovas Aranda de Duero

La podredumbre mana una vez más del ser humano que, enquistado, nos ofrece su peor cara… Y hasta los muertos se revelan en sus tumbas, cuya cenizas siguen esparcidas por la llanada. Y la corrupción del ser humano sigue girando en el círculo de los escándalos, ya que el pueblo, poco les importa - A algunos de los que predican enseñanzas. - Mientras, una vez más, ese Dios que nos inculcaron, sigue oculto y cada día es más visible que o que es una ironía más de los que dominan nuestras vidas.  La explotación está bien visible en nuestra sociedad y hasta  en nuestros campos brota el hedor de cuerpos que retornan a nuestras mentes, ya que sin justicia nunca podrán ser visibles en nuestra sociedad.

El hombre que todo lo domina… que todo lo maneja a su antojo… Está creando una sociedad de despojos humanos… mentes sin sustancias humanas… donde la vida no les sirve para nada. Mientras otros acumulan las riquezas… amasan fortunas que no podrán llevarse en su maleta, ya que la nada y la paz serán los únicos ropajes que llevará nuestro cuerpo… ya sin fronteras…

Envueltos aquellos en la nada, y sin maleta ni lujosos ataúdes, que les guíen.

20.10.20

 

Ciudad de Orduña. Bizkaia

“Buscando en el fondo del otoño”

¡Mi otoño!… El que se alza y se rebela

Se posa en los años en lo soñado

Y deja de nuevo que siga solazándose

De la dicha de seguir entre los mortales...

Que, sedientos de sueños, somos más

Humanos y soñadores… Aunque la luz nos

La quieran robar mentes negras, y corazones

Sin sangre roja y nueva que perforen

Los aires del invierno, dejando savia nueva.

Antonio Molina Medina

31.03.21