AMISTAD SIN MENTIRA

 

Sinovas-Castilla y León

Se acaba el año entre bostezos y sin pausas, que el tiempo nos deja sin aliento. Solo queda un año más, la consistencia de una amistad sincera y sin pagar peaje por dicho sentimiento. Para mí es un honor seguir viviendo… quizás envuelto entre los sueños de seres con corazón, los que hacen caer la balanza a querer con aptitud; que la amistad perdure a pesar de la distancia, y con acierto.

Se que la amistad suele ser un misterio y surge cuando se intima sin perjuicios… de ahí el quererla en cualquier ocasión, si el conocimiento del otro es tan veraz y sencillo como ver las aguas de los ríos circular por ese cauce que nos deja boquiabiertos.

Parque de los alcornocales-El Cobre-Algeciras

Nunca me acostumbraré, y mi espíritu lo censura, a ver la maldad. Me indigna en seres que etiquetan la amistad, como voceros de inútiles palabras o como los buitres que vuelan a tu alrededor con ansias de despojarse hasta de tu propia alma, cuál comercio vergonzoso que algunos fingen detrás de la amistad…Quizás la franqueza resulte extremadamente complicada, pero ¡la verdad nos hace libres! ante los golpes de la mentira que algunos utilizan como arma arrojadiza ante la cultura precaria de un pueblo, que se olvida de tal prebenda inconscientemente, ya que vivimos en un mundo de fingidas amistades.

Pero nos queda la esperanza:

La que no nos olvida, y nos deja pensativo de cara a nuestras actitudes, ya que no hay egoísmo en ello y, el que la creó… supo decidir lo honesto que era.

Rio Nervión-Delika-Álava 

Los buenos y sencillos amigos se complacen en soportar su carga, aunque sea quizás algo imprudente dejar ese rastro benévolo por el que caminamos… sin malgastarla ni despreciarla; dejando que la esperanza roce hasta nuestra piel y penetre en nuestras venas cual líquido ardoroso y noble… Quizá sea, a la vez, una esperanza eterna la que, inconsciente, se pliegue a nuestro actividad… y que la muerte sea la que nos la quite afanada ella, en despojarnos de esa amistad sincera que nunca desapareció, inmersa entre la sonrisa de ese amor que suena a clarines los sentidos dentro de su tronera.

A por otro año más, fiel amigo, donde los sueños seguirán siendo con seres como tú, como vosotros. Sois el alivio para este caminante que aún sigue por las veredas antiguas y por las nuevas rutas, entre los tractores cuyo rugido ya no me deja indiferente.

Orduña-Bizkaia


Mientras la sangre le fluya a su rostro,

estallando por sus exhaustivos recuerdos,

dejando que su corazón se exprese y se

regenere de fecundos y frondosas efemérides,

su camino será más lento. Lento, pero llano. Y

cuerdos serán los pasos que le llevaran

firmes, en su caminar por los sueños

que la vida le ofrece a su intelecto.  

30.12.21

Antonio Molina Medina

EXTENSA ES SU PRADERA

 

Valle de Orduña-Bizkaia

Amplia y fecunda es la pradera por la que transitamos, de calzadas empedradas, llenas de guijos de agua y barro; de animales delicados, furtivos, fieras tan nobles como los pájaros cuyos cantes le alegran el alma, siente sus trinos por las laderas de sus montañas, campos de trigo, de rosas y vino. Largo es el camino, las fuentes se secan de contenido. Sonidos extraños los percibe a través del viento, en su caminar los sonidos le alertan, de ese mundo nuevo, que alguien le provoca. Con la vista mirando al futuro dejando tras él entre los caminos trigales, maizales, centeno y avena la inmensa cosecha que no recogieron seres en su torpeza. Se detiene y sueña. Cansado y dolorido, se mira por dentro aún se siente vivo, consumido entre dudas, cansancio de hastío de una vida plena; de no haber vivido. Su alma se subleva. Se asoma a su puerta traspasa su umbral, se escapa de su cuerpo y se pone a andar. Su cuerpo de plomo la mira y sonríe, bosteza, entorna los ojos y se pone a soñar.

Sólo y sin recursos lucha contra su apatía, sus miedos, sus risas, surgen y se van. Su vida no es vida, es pura apatía, hastío, censura, perjuicios, rutina… No quiere vivirla si no hay libertad. Su pasado no es vida, todo era suplicio, recluido entre rejas, castillo de arena, con la llave en la puerta, por dentro, por fuera, para su comodidad oliendo a zotal.

 

Sinovas-Aranda de Duero.

Un soplido del viento le golpeó la mejilla. El puerto de sus penas, le magullan las olas en la arena de su cuerpo. De los que brotan los (Sílfides, Ondinas, Dríadas y Duendes…) entre (Gnomos y Hadas) la luna es consecuente le ofreció su sombra… de mano sencilla, de la que brotan sus dedos, finos, ágiles tenazas a las que se aferra, lo sacó del barro que estaba cubierto, descubrió de golpe que estaba despierto de almacén de sueños, repleto de versos.

Su dolor era grande, heridas profundas las que almacenaba, suspiraba el moro contemplando la puerta que ella le ofrecía. La ciudad de los sueños, castillo encantado, de torres, almenas, murallas salvables sin argollas ni cadenas. Las puertas abiertas, las mira, se miran, sus hojas se baten, se cierran se abren. Solo están entreabiertas, camina a empujarlas, ella le acompaña con su pesada carga. Los caminos viejos se convierten nuevos, las sombras que le invadía se disipan; surgen nuevos cielos. Al fondo de la estancia brillaba una luz, un nuevo lucero, era su candil de niño, otros tiempos, alumbraba sus dudas, sus miedos. Se aferró, no la rechazó, camino a su lado, sin prisas, sin miedos, con rostro sereno. Le ayudó a caminar de su intranquilidad, incrédulo, de su pérdida.                                             

Caminaban juntos, su sombra le miraba sonrisa plateada la que le ofrecía, sentida, segura, se afianza a su regazo, le trepana el alma, se introduce en ella como manantial de agua fina, clara.

El mundo que ofrece, es de vino y rosas, de racimos de uvas y soles donde los pájaros reponen sus fuerzas cada mañana en las praderas dulces de los rastrojales llenos de vida… De sueños novedosos, hoy envuelven su cuerpo, su alma presiente ese nuevo mundo que la luna le ofrece.

Tarifa-Andalucia

El camino es largo, largo lo vivido, sueños compartidos, lágrimas vertidas de amores no vividos los que brotan de su alma; y rebrota de su cuerpo; los que resurgen de su alma, en pecho aterido. Los primeros calores. Los primeros suspiros. Sueños no vividos de pura libertad. Libertad soñada, que brota de la tierra, la que pisa en su nuevo habitáculo de hierba más fresca, jugosa y tierna, que brota en los caminos por lo que recorremos, de guijos que duelen, que hieren, que provoca heridas, que el Amor los cura, sentimiento sublime que pocos conocen. Son sueños que lastiman, queman como brasas, sus heridas escuecen. Los sueños son sueños desde que amanece.

De las soledades brotan presurosas el miedo, el silencio, las dudas, el llanto, las lágrimas, el frío en su alma su corazón intuye.

 

No retrocederá, aunque el temor aparezca, porque ya su alma no ceja en su empeño de sentirse cielo, montaña, nubes…, de sueños… Las nubes presurosas tratan de envolverle, cual niño mirando el ‘bollo’ que cubría la peña Salvada de frío hasta su mente… los caminos se constriñen. Florece la sonrisa, contempla la materia, la gente le rodea, perjuicios… sabores… el camino andado marca su destino, es un peregrino con rumbo trazado pero en soledad. Su mundo le duele, le brotan heridas, que le duelen. Dentro de su alma un choque de trenes lo detiene y piensa, que aún sigue vivo gracias a la ciencia de una mano amiga, mariposa para él. en sus noches negras, sin luces, en tinieblas.

El laberinto no tiene salida. El muro que está sumergido se eleva y aparece en su nueva vida, trata de romperlo, volarse las venas, sus venas, para que fluya de nuevo el caudal por ellas. El camino emprendido no es de retorno, no duda, no hay dudas tras su confección. Ni la incomprensión ni el miedo ni el propio dolor, la confusión y el tormento podían doblegar: su sonrisa clara, sus dientes de nácar, ojos que iluminan a este viejo candil, del que alumbra amores que quieren vivir, aun en su sufrir.

 

Sinovas-Aranda de Duero

Sosegado en una mesa, con un té rojo en su taza, un pequeño tente en pie para alimentar su cuerpo mientras las risas, entre risas, risotadas, se precipitan palabrerías animadas consumiendo unos chatos de vino, las mesas repletas de seres le sonríen y le miran con miradas de sorpresa. Desde su burbuja aislado del mundo, los folios desliza, los cubre de versos, con tinta morada, garabatos le provocan al borde de la ría milenaria sus dedos se aferran a pluma plateada.

La felicidad está a nuestro alcance, aunque las voces no cejen y los diabólicos seres que enturbian su alma no dejen de repetirle:

¿Deja lo que ha emprendido?

¡Retírate a tus inviernos!

¡Disfruta de la vida!

¡No te compliques la existencia!

¡Aprovecha tu momento!

¡Que te importan los demás!

En su soledad cierta e irremisiblemente sola, como un delincuente camina entre minas, que los moralistas instalan en su soledad.

Y él se aferró a una sombra, su sombra amiga, la que su alma le dice, que no fallará. Para sentirse seguro en su soledad.

 

Río de la Miel-El Cobre-Algeciras

Son pocos los elegidos y muchos los que se apuntan, los dedos de una mano, nos sobran. Es el destino que las estrellas nos marcan. Que la luz es muy cara y la lámpara consume las energías que el hombre necesita para seguir sufriendo, amando, queriendo y ser amado en su retroceder.

Nadie entiende al poeta, sus sueños son reales, sigue vivo por ellos, e inmerso en ellos, pero son solo sueños. Sus seños. El mundo que le rodea no le sirve… le agobia, le duele, le quema… De miserias humanas, se compone la materia, nuestra materia. Mientras los moralistas, responden ante las tragedias humanas, la pérdida de vidas, terremotos, miserias: nos recuerdan las desdichas del alma, los valores perdidos.

¿Y el hambre en la tierra…? ¡Tanto niños que mueren en ella! ¡Por falta de alimentos! ¡Por falta de recursos! Recomendaciones que vienen de estómagos repletos, de riquezas y alijos de seres que no sienten su propia libertad.

 

Que le queda que hacer al maldito poeta. Cuando todos le miran y le dan la espalda en su proceder. Su conciencia está repleta de dudas, de sueños y anhelos.

¿Dónde quedan los sueños que almacenan sus almas?

¿Acaso no hay sueños con los que disfrutar?

¿Ni siquiera compartir?

Las dudas le corroen, le duele, le destroza las entrañas. Cuanto más se adentra a su torpe destino solitario y aterido, olvida , lo vivido, manos que se descuelgan, dedos que se sueltan, las yemas de los dedos en su calor le cobijan, mana sangre por ellas de sangre roja y negra, azulada entre estrellas las que le calman su dolor.

 

Chorrosquina-El Cobre-Algeciras

¡Cuántos sueños volátiles! ¡Cuánta lágrima vertida! ¡Cuántos suspiros le fluyen de su propio corazón! ¡Cuánta esperanza de sueños ya vividos!, de amores y quereres, que aún siguen muy vivos, seguros, sin resquicios de dudas, compartiendo otras vidas con ilusión y celo, depositada en ella. No es posible el olvido ni el camino trazado, ni olvidar los quereres que manaron sinceros, en su fiero corazón.

Solo será la muerte, la señora de negro, con la que se levantó y se acostó, la que se lleve una vida, será capaz de cercenar un querer, el que su alma transmite, su corazón siente, junto a serenos latidos, a la sombras de la luna bebiendo agua de su fuente.

Antonio Molina Medina

26.12.21

SUS LETRAS

 

Algeciras- años 50

Hasta mis sentidos han llegado tus letras por donde paseo de la mano de mi madre, aquella mujer sencilla siempre cargada de niños, unos que la arropaba y otros llevados en sus brazos.

Serpentean las serpientes a través de las ondas de la noche y los calamares dejan que su tinta se expanda por las aguas de las ensenadas…Luce hoy más intensamente los recuerdos que nunca están dormidos… ya que el tiempo es como un suspiro, y hoy abren las heridas de mi cuerpo y se posa en mi alma su recuerdo… Sí, esa madre que lo dio todo. ¡Y sufrió más de lo que los seres humanos estamos acostumbrados a sentir! Siempre aferrado a su mano, entre trenes y caminos, entre pueblos desconocidos, dejaba su cuerpo aterido de frío, por las hordas de la infinita deshumanización que le tocó vivir.

Suenan los clarines de la nostalgia y dejo que mi mente se deje llevar por los caminos de cabras y becerros, y caballos y burros… donde quedó su cuerpo malherido y su mente sin abrir por los avatares de su lúgubre e incierto caminar por su noble existencia.

Pero sigue viva en mi recuerdo sintiendo su dolor en mi mente y su amor vencido entre seres que se dejaron la vida en su propia contienda, donde la marginación poblaba la de ella y todas las mujeres de su clase.

El Cobre-Chorrosquina-Algeciras


Cuando los sueños se rompen.

Cuando aparece la noche, se necesita otra vida.

Para poder compartir, como un niño necesita a

una madre que lo arrope.

Para mecerle en la cuna con el amor en la cumbre.

Antonio Molina Medina

23.12.21

NEGRA ES LA DUDA

 

Cañada Rosal- Sevilla

La duda le corroe. El negro de muerte

florece en la tierra. Negros corazones.

Negras son sus vidas. Negras intenciones.

Negra es la materia. La vida es muy negra.

Hasta el amor es negro. Negros sentimientos.

Negros son sus plumas. Negros sus discursos.

Sus sueños son negro y sus vestiduras.

Rugido de voces desde los parlamentos

Donde solo el rencor les deja contentos;

son fieras sin DIOS… solo siembran odios…

Orduña-Bizkaia

 

Aun se ponen rojos, cuando se acomodan.

En mesas redondas, ingieren proteínas.

Camas de algodón sonrisas inciertas.

Que a nadie convencen, ni sus propias vidas.

¡Que alguien me lo explique!

¡Poeta sin sueños, por que coño vives!

Dedícate a lo vivido. Olvida tu suerte.

Todos son perjuicios, por lo ya vivido.

El amor es rojo, el calor que desprende

lo hace placentero. El amor se comparte y siente,

te hace revivir. Lo negro es la muerte.

No quiere su muerte. El amor es vida,

produce el placer, de poder quererse.

 

Playa de Getares-Algeciras

El amor se siente. El querer, es rojo candente.

Lo negro se diluye. Lo aparta. Lo muerde.

Lo manda al olvido, rebrota la vida.

Libertad… libertad… hoy palabra hiriente

Cual filtro de amor, que siente; se siente.

18.12.21

Antonio Molina Medina

LA LUNA ENTRE VENTANAS

 

Sinovas Pedanía de Aranda de Duero.

Has aparecido por la entreabierta

ventana de su vida. Es como un Águila

volando libre como el viento,

simplemente acomodado entre montañas,

nebulosa de iris en el firmamento,

capaz de todos los esfuerzos.

Llora y ríe… sueña y canta...

Nada le incomoda mientras le dejen vivir.

Todo lo soporto, es feliz con lo que tiene

y nada añora… solo querer y ser querido,

amar sin exclusiones y si a algunos

le sobra un poco de amor y cariño,

pues, se lo dan, se lo agradecerá eternamente.

Ciudad de Orduña Bizkaia
 I

 Cuando todo se acabe y su vida se finiquite,

seguirá bullendo por la tierra que pisa,

fustigaba con sus cuentos, poemas y leyendas,

aferrado a esas manos, que le sacaron del lodo,

del barro y las miserias.

Majaralto Alto. Chorrosquina. El Cobre Algeciras


 ¿Como no va querer ser tan importante?

¡Lo dará todo! Solo, por su sonrisa,

la que le alimenta en días de tristeza.

Ella se lo da todo y no le da nada,

solo con su sonrisa su cuerpo vibra,

manteniendo viva el alma de iris, nítida.

16.12.21

Antonio Molina Medina

CAMPOS DE CASTILLA

 

Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero.

Comenzaba a penetrar las sombra sobre su atardecer y los últimos rayos de un sol, casi consumido, aún se filtraban por las verdes ramas de los pinares y, a la vez, hacían brillar las verdes hojas de los viñedos de la pedanía, cual brillo restañar su candor entre sus viñas, mientras su pesado cuerpo reposaba en un tronco de árbol caído por los años para enredarse, como la yedra, en su noble cuerpo ya místico y degradado por los vientos y aguaceros, que su cuerpo soporta. Mientras otro cuerpo embravecido de sustancias muy añejas, aún, palpa con suavidad su corteza desprendiéndose de recuerdos y sustancias vividas en tinieblas.

 

Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero

El murmullo del viento sopla en su rostro y enaltece su condición humana, mientras limpia de impurezas su alacena, donde la nueva savia estaba aún sedienta y sensible. Mirando de soslayo el verde, verde ramaje de las viñas, llegando su sembrado aroma hasta la sombra que envolvía su corazón, hoy, quizás dolorido por los avatares de los años transcurridos.

 

Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero.

Dicen que…los años engrandecen la mente de la riqueza que, imborrable en su caminar por los senderos agrestes y difíciles, y los terrones de la tierra para su oreado, renovando su existencia se apacigüe cuando los recuerdos le llevan a las fuentes de su experiencia soñada y vivida… Y él se empeña en no cejar en su intento de sumergir  en el habitáculo de su almacenada mente, sabores que el campesino fermenta, y los hace materia de ríos amargos y de apriscos incoloros donde fluye la verdad, sencilla flor cuyos olores se desprenden entre la vida y la muerte… tierra roja y verde...  Jugo de prados donde los elementos los trasiega el labrador entre surcos repletos de semillas a la sombra de terrones  que, suaves, dejan cubiertos sus frutos.  

 

Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero

Mientras, la sombra de los pinares pueblan inmunes sobre lo verde y fecundo de su suelo, por las laderas de sus caminos, entre cánticos de pájaros en libertad y animales briosos espantados por los trepidantes ruidos de los tractores que labran la tierra, ya que el otoño se acerca y el verano se escurre de sus campos sin frutos, excepto los viñedos que se enriquecen con los racimos de su jugoso y dulce fruto preparándose para su recogida.

 

La lucha del campesino es interminable. Y los tractores siguen perforando la tierra de barbecho para disponerla y airearla para la nueva siembra donde vuelvan a brotar el trigo y la cebada, el maíz y la remolacha o el girasol  que se doblega, y gira ante la fuerza de su creador por su calor…

Mientras los encallecidos cuerpos  dan un respiro a esas figuras doloridas donde ensamblan la noche con el día gracias a los faros de sus tractores y la lucha por sus vidas.

Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero

La lumbre de sus hogares los concentra y, entre cuentos y leyendas, avivan sus ilusiones para próximas cosechas.

 

Jóvenes y sencillos personajes, que solo miran y escuchan a sus mayores, y almacenan en sus cerebros esas duras tareas que a ellos les esperan y guardan en  sus recuerdos.

Quizás hoy, algunas de sus mentes estén prestas a poblar los caminos con sus pisadas y las huellas de tractores, con el corazón sangrante de júbilo presto a darlo todo por su Cultura  que brota de la libertad bien entendida y libre de pedantería.

12.12.21

Antonio Molina Medina

RECUERDOS DE LA NIÑEZ. ‘LA PERSEVERANCIA’

 

Antigua plaza de toros de Algeciras

Sería sobre el año 1.95… Se había terminado la tarea de un día de trilla en la era Del Cobre. Algeciras, una familia con sus hijos y allegados, como sobrinos y nietos de un matrimonio cuyos nombres eran Juan y Catalina habían terminado, al anochecer las labores de la trilla del trigo por ese día subieron la cuesta hasta su morada, para asearse y degustar algo de cena. Después de comer lo que les pusieron las mujeres de la casa… y con el permiso de los jefes de la familia, los jóvenes, decidieron ir al cine, en el pueblo, y los más menudos (siempre con la oreja puesta) escucharon y así se enteraron  de que se iban al cine esa noche. Un niño que escuchó la conversación, como venía de fuera, tenía en aquella ocasión unas pesetas que su madre le había dado pues acababan de llegar del norte a pasar una temporada con la familia, como así lo hacían  todos los años y, ni corto ni perezoso, se escapó tras ellos andando por la vereda del río de la Miel hasta Pajarete y pasando las vías del tren,

El Cobre-Algeciras

A partir de aquí caminó por el balastro de la vía adelante hasta llegar a Algeciras pero, al tratar de conservar la distancia con ellos para que no le viesen, en un recodo, los perdió de vista y no se le ocurrió otra cosa que, ya que estaba en el pueblo, y tenía unas pesetas en el bolsillo se acercó a la plaza de toros de la Perseverancia en la que, por las noches, se daba cine de verano; saco su entrada como todo el mundo y se acomodó en las sillas delanteras para verlo mejor.


En ese momento empezó a darse cuenta de que se encontraba solo y tenía que volver muy tarde y sin compañía, pero la tentación de ver una película del oeste y de indios y caballos podía más que sus miedos. Se apagaron las luces de la plaza y comenzó la función; todo esto sin darse cuenta de que a su lado se había sentado un señor mayor con una cesta (recuerda que era de mimbre, plana y alargada) de la venta de productos caseros. Dicho señor, justo al empezar la función, le empezó a hablar y preguntar que si estaba solo y, el muy sincero, le decía que sí; que de dónde era y él contándole toda su vida le dijo lo que le había pasado con sus primos...  En fin se lo estaba poniendo en bandeja. Se calló el señor y al rato le dice estas palabras: "¿Niño te gustan los helados? “ Él, como niño que era, le contestó que, "¡sí mucho!" y acto seguido le dijo: "¡mira, ve y compra dos, uno para ti y otro para mí!-"De acuerdo". Y él, con la inocencia que todavía tenía, se fue a comprar los helados y se los trajo, "Toma cómetelo" le dijo, pero él no estaba tranquilo.

Río de la Miel-El Cobre-Algeciras

Algo a él le empezaba a no cuadrar. Y efectivamente, al poco rato sintió  una mano que le apretaba el muslo derecho y se deslizaba sobre sus partes. Aquí saltó como un rayo y salió corriendo entre las sillas por el centro de la plaza a la calle; miró para atrás y vio que el señor le seguía, corriendo detrás de él. Y el niño salió corriendo y cuanto más corría, se percató que iba sin rumbo fijo. Pero reaccionó y recordó que en el cine Fuente Nueva estaba su primo Paco de portero y salió, como un cohete, en dirección al lugar. Llegó  sudando y tarde al lugar y su primo le dijo "¿Qué haces por aquí y solo?" él no se atrevía a decirle nada. Para él, todos los hombres le iban a hacer lo mismo y se asustó, pero miró para atrás y  el hombre 
ya no estaba, por los alrededores, había desaparecido. Lo recapacitó mejor y le saludó y le pidió que le dejara estar con él hasta que terminara la función y su primo con buen criterio le dijo que no, que se fuera con su tío que lo estarían buscando… (serían las doce menos cuarto de la noche) y ya le dijo que se marchaba para Chorrosquina, con su tío que estaba durmiendo en la era.

 

Chorrosquina-El Cobre -Algeciras

Cruzo las calles hasta la Bajadilla y, a paso ligero caminaba para el Cobre donde estaba ubicada la era de su tío, y al pasar por el puente de madera del Llano de la Junquera, dejando a su izquierda las chabolas de hojalatas y cartón en las que el silencio, era interrumpido por los ladridos de los perros, de pronto, se sobresaltó porque alguien le llamaba. Miró para atrás y divisó a un hombre corriendo, y lo curioso era que le llamaba por su nombre: "¡niño!... ¡niño!..." Después de la mala experiencia salió corriendo otra vez ¡que las piernas le daban en el culo! Pasó y cogió por  la vía del tren, y el balastro de las vías del tren se las comía, porque el hombre se acercaba poco a poco. De pronto, sintió voces delante de él, y se sintió morir: ¡ya estaba listo: por delante voces, y por detrás le llamaban por su nombre! Dejó de correr y esperó pues los que venían, estaban encima ¡Y se le alegró el cuerpo! Una de las voces le era conocida, era la  de un futuro primo, Paco, con otros amigos que venían de dejar a las novias. Acto seguido se quedaron sorprendidos de verle a esas horas y solo; y él les relato lo que le había pasado y en ese momento se acercó a ellos el que le venía siguiendo y llamándole por su nombre y le dice "¡joder ‘niño’ como corres!" Y él niño, que no quería compañía, le dijo: ¡qué susto me has dado!" Era otro primo, Enrique. Y cuando acabó de contar lo que le había sucedido las carcajadas fueron grandes y él, que solo pensaba en que lo tragara la tierra...

El Cobre-Algeciras- Años 60

 

Ellos se marcharon para el pueblo caminando por el balastro, y Enrique y él siguieron caminando y charlando en compañía hasta llegar a Pajarete, donde Enrique se fue a su casa, en la cañada, y el niño se acercó, atravesando el río de la Miel, a una era que había al otro lado del río, pasando por las piedras que usaban las lavanderas de la zona donde muchas veces lo hacía su madre, y también cogía agua para beber de debajo del puente de las vías del tren, en una fuente que existía en dicho lugar; de pronto le salió al paso Jaime, el marido de su prima Catalina, y le dijo lo que le había pasado y que le dejase quedar a dormir en su era y que, si no, se quedaría donde su madre, que estaba a cien metros de la era, en la casa de su tío Antonio. Y Jaime con muy buen criterio le dijo:  "mira, coge el río arriba y vete para arriba, que tu tío está loco buscándote" . Y le dijo que le daba mucho miedo, sobre todo los chaparros que surcaban el río que con sus ramas colgando parecían los brazos de los duendes con que tanto les asustaban de niños y, a pesar de todo, caminó por la vereda de la Trocha, río arriba con sus miedos. Y, de vez en cuando, se detenía y miraba para atrás por si algo se movía ... el miedo le atenazaba las piernas y cada vez andaba menos. Pasó un arroyo que venía de la ‘Rejanoza’, poblada de chaparros, dejando el chaparro de los ‘asientos’ pegado al río y, por fin, divisó la era y las plantas de maíz que verdeaba por la alambrada, y vio gente de pie y hablando. Y ellos giraron la cabeza para observar y lo vieron llegar...

 

Bahía de Algeciras

Pero todavía no habían terminado sus pesadillas esa noche: antes de llegar a la angarilla o puerta de entrada de la era, le advierten con una voz de que, en la estaca de la angarilla, han clavado una larga serpiente que han cogido por la noche y, efectivamente, allí estaba sujeta por la cabeza y su largura llegaba al suelo, levantó el alambre que habían introducido por la estaca para sujetar la puerta de entrada y saltó  al pasar y se adentra en la era mientras su perro le rozaba las piernas moviendo su cola, hasta llegar al ‘chozón’ donde le esperaba su tío con cara de pocos amigos. Después de recibir una reprimenda por el susto que les había dado, le hicieron la cama en la paja recién aventada, le pusieron tres orcas de madera engarzadas entre sus dientes en forma de ‘chozón’ cubierto con un capote negro para el rocío… y se tapó con una manta, cubierta con otro capote, para resguardarse del rocío de las noches estrelladas, que no le mojase la cara, y se quedó dormido contemplando las estrellas, cercano a su lecho improvisado, dormía el trillo dispuesto a seguir rodando en círculo, en cuando apareciese el sol del nuevo día… Y se quedó dormido hasta que los rayos del sol les despertaron anunciando un nuevo día.

09.12.21

Antonio Molina Medina