AMIGOS:

Las cosas han cambiado de lugar.
Las veredas han desaparecido
con el paso del tiempo.
Los manantiales están ocultos.

Los nidos de los pájaros han volado
a otros lugares más humanos.
La intensidad de luz, que antes nos cegaba,
ya no llega ni a las fogatas que surtían el cuerpo.

La apacible mirada del hombre se
ha descompuesto; su arrogancia nos daña.

La soledad se mece incansable
en nuestro pecho e invade nuestra alma.

Las flores se lamentan de que nadie las mire.
Los ríos son profundos, sin agua que los sacien.

La humanidad bosteza y fenece.
Porque los sentimientos son cascos de caballos,
galopando con furia, ocultándose en la noche.
05/01/17

Antonio Molina Medina