DE VENDIMIA

Viñedos de Sinovas. Aranda de Duero. Castilla León
La cepa:
La que a la tierra se aferra entre sueños de invierno,
arrullada por el viento, acude a ella en primavera,
para estallar entre tallos, que sangran y lloran lágrimas
de grandeza. Y para cubrirse de hojas que se adhieren a
su corteza: con su ropaje verde que adorna su tronco y
su voz se queja y se cubre de racimos que adornan su figura…
Efigie, la que traspasa al caminante cuando surge de su cuerpo
con el aire que sopla de la música de su alma generosa.
¡Bendito su tronco!  que se aferra al suelo, a la tierra rojiza.
Sorbiendo de la tierra, sustancias divinas que la engrandece
y la sigue alimentando y poblando sus orillas de racimos
repletos de dorados frutos  que adornan sus viñas;
Esos a los que el astro sol presta su calor que necesita, que
adormece sus flujos de dulces melodías, colgando,
desnudos, perezosos cuerpos de cepas divinas.
Viñedos de Sinovas. Aranda de Duero. Castilla León
 
Los tractores rugen como antes relinchaban las bestias de carga.
En la añeja pradera, caminan sus gentes con cestos al hombro,
entre canticos, se acercan adentrándose en las calles
que del viento protege. Y de la maleza, como fieles rejas.
El calor aprieta y las manos y dedos trinchando sus racimos
para pisar sus frutos donde chorros de líquido se armonicen
y se purifiquen entre sus barricas en sus añejas bodegas
 
La noche los protege y, en sus barricas, sueñan y duermen
serenos la nueva cosecha, donde el apacible aroma se
filtra entre cristales  que ennegrecen con su contenido
la cavidad que adormecerá en nuestras despensas.
 
Mientras, la cepa se queda desnuda y sus brazos pelados,
los podan y limpian y quieren ser ceniza.
Hasta la venida de otra primavera, de otra cosecha
en tierra labrada. En tierra de viñas, en la pedanía
donde hoy Sinovas: es tierra de viñas, y tierra de vida.

Viñedos de Sinovas. Aranda de Duero. Castilla León
16/04/17
Antonio Molina Medina