J. M. BOMBÍN (Portugalete –Vizcaya-)

J.M.Bombin - María Mata Padilla - A. M. Medina
Caminando por Granada
La noche era muy clara.
La luna se mezclaba con su cuerpo
por la vega de Granada.
Sus ojos miraban al cielo,
y como sonreía su cara y sus
ojos danzarines, fluían de su mirada.
Su corazón, nos alumbraba.
A su sombra me aferré,
y de su boca brotaban
palabras sabias que anunciaban:
¡Cómo no iba a escribir Federico
con este cielo y esta calma!
Con los brazos levantados
al cielo miran sus palmas.
Un hombre sonríe ya gastado
por el tiempo.
Cambio el fusil por la pluma
y las balas por la tinta.
En los laberintos de su cuerpo
se aprecian heridas de metralla.
Pero su corazón noble y fiero
Gritaba firme en su Alhambra:
¡Qué no!
¡Que esta fortaleza no la pudieron
Conquistar  sino con la traición!
Caminaba por los patios,
por la estrechez de sus calles
Apoyado en viejas barandas…

CUANDO NIÑOS
Cuando éramos chicos
las chozas eran muy grandes.
Los arboles por la vereda
nos acosaban con sus ramas.
Los perros eran leones
y nos comían con sus fauces.
Los sueños eran reales y
entre nosotros reíamos,
guardando nuestros secretos
entre murallas gigantes.
Antonio Molina Medina

28/12/17

QUIZÁS LOS AÑOS…

La verdad es que no se si serán los años o algo que tenemos dentro...
Esa visión capaz de penetrar en las palabras, para transformarlas en versos o a través de un lienzo, que la vista se aplaca.
Pero lo que importa es la creación, lo inaudito que muchas veces pocos proyectan en papel o lienzo la belleza que nos rodea y muchas veces sin saberlo.
Pero sí que es verdad que cuando caminamos, viajamos a otros mundos. Otros paisajes. Otras gentes…
Aparecen escenas inauditas que nunca esperamos encontrar ya que están lejos de nuestro entorno y, o bien con una cámara o unas simples letras de apuntes, somos capaces de dar forma tanto a un lienzo como un poema o una historia, que no conoceríamos desde el sofá de nuestras casas.

Yo suelo ir al lugar donde me crié de muy niño…, tanto Algeciras, Granada o Orduña, pero solo y sin poner escusas para hacer aquello que te provoca la mente ya que el corazón siempre está con las alas desplegadas dispuesto a retarte y obligarte a decidir entre soñar o morir… Pero eso solo lo puedes hacer desde la naturaleza salvaje, cómplice la nocturnidad: caminar con la noche, con sus horas  noctámbulas, en su propia tierra. Por caminos antiguos llenos de árboles y ramaje, esperando el sonido que se encuentra entre sus ramas. Y llega ese milagro. Y escuchas y gozas de trinos que, incansables adornan el silencio de la noche. Es música sacra. Nos la mandan los dioses, los que nos acompañan y nos dejan hacer y deshacer, respetando la Naturaleza. Disfrutando entre animales, lo maravilloso que es vivir en libertad, sin ataduras que opriman tus dedos ni tu mente y deje fluir la sangre caliente por tus arterias, donde está escondido el arte.
En este mundo de sueños, lleno de hormigas, de gnomos y duendes…de estrellas volátiles... Caminando senderos aun transitables.

"en esta locura derretida,"
cuyos jugos se adhieren a su cuerpo
palpitando serenos sus recuerdos con los
que vive. Los hace suyos, insertados
como gotas de rocío. Aunque queme
por dentro el fuego que acumula la
hoguera, llamas que sustentan su corazón.
09/11/015

Antimonio Molina Medina

EL PODER DE LA AMISTAD… A UNA SILLA VACÍA

-Niño… Cristian Paya-
Los latidos de su corazón, hechos plegarias en un tumulto
de versos, se dejan caer en torrente por esa cascada donde,
de niño, te acunaban las cabras y te bañabas en sus frías aguas.
Porque él estabas allí, presente en todos sus pasos.
Todos sus andares y sus ojos se dejaban guiar,
por esa sonrisa que brotaba de su  rostro y de su mente.
Ya ves, no dejo ni dejare, de abrigar su corazón
para forjar poesía dentro de sus entrañas.

Porque él eres ese aroma qué en su mente estalla y
se hace letra…como la hierba fresca en la orilla
del río de mi alma.

Sus pensamientos están plagados en su verdor…
Cuya cadencia ya nada le importa…
Porque esto es la magia de su poesía,
que limpia y generosa nos desgarra, llena de vida,
cual lanzas que brillan.
Sabemos quiénes somos y a dónde vamos.
Pero los que nos acompañan, los elegimos.
Producto de la libertad conquistada.

Quizás seamos aves heridas, que encontramos
un remanso de paz en esa tierra suya, nuestra, castellana,
andaluza, donde tú resides y compartimos en la campiña
de sus gentes. O en el corazón de su fauna cercana
a su corazón que necesita de los pájaros, hormigas
y luciérnagas que alumbren su estrecho camino.
Aunque nos pinchen las zarzas del camino,
siempre habrá un descanso para el verso, para el recuerdo
aunque desgarre nuestro adentro por la lucha.
Por su esfuerzo.
Antonio Molina Medina

22/12/17

COEXISTIR

Si, con el paso del tiempo
eres capaz de sonreírte;
de estar a su lado firme,
seguro como potra salvaje
soportando impericias
y mirando a los ojos;
de soñar junto al árbol
que nos da la vida;
de explorar por los campos
en las mañanas vivas.
Sólo siente en tu alma
que la sal se derrite,
que te inunda el cuerpo
y se convierte en plegaria,
que te llena de vida.
Seguirá tu camino
paginando tus versos,
compartiendo tu risa,
tu sonrisa y tus miedos.
21/12/17

Antonio Molina Medina

ELLA

 El paisaje dominaba mis ojos y
 una mariposa se posó en su mirada.
 Iba en un carro de cristal
 arrastrado por reses bravas
 que adornaban la calzada.
 La luna se nos cruzó,
 dolida y acuartelada.
Yo miraba su cara.
 Ella me reconoció
 y mis ojos se callaron.
Era magno mi dolor.
 Cuando contemplé su cuerpo
 en mí todo se trastornó.
 Mi alma se inundaba
 buscando el cuándo y él por qué
 la vida así la trataba.
 La luz de mi entendimiento
 se nubló en su mirada,
 la que sus ojos reclaman,
 y me descubrió las miserias
 que había escondido en mi alma.
08/08/14

Antonio Molina Medina

LA VERDAD

Buenos días amigos.
Cuando tu vida la compartes desde “El COBRE” con sus gentes y sus recuerdos… con los sueños…, los sueños te acompañan, compartiendo el aire con seres que siguen vivos en su habita sagrada. Solo vida y sentimientos arrastran lo que queda de tu alma. Surgen presurosos los recuerdos y el entramado de una vida se desata y se forjan nuevos retos, los que de sueños se forjaron que enmudecen las palabras.
Sentado en una loma entre ruinas y recuerdos, con los ojos y el cuerpo y la mente y el corazón expuesto a las inclemencias del tiempo… sonríes, mientras una catarata de agua se desliza entre pestañas que suspiran, las bendiciones del alma.

LA VERDAD
La verdad es que soy un poco infantil y vivo de sueños. Pero también piso la realidad y se impone mi propia cordura, querer algo que solo puede ser magia. Solo la magia une a las personas. Y hay ojos muy bellos que no son alcanzables en este desierto en el que vivimos.
Pero sin sueños la vida es más oscura, más dura, menos intensa. Cada día que amanece cuesta un poco más seguir viviendo de los sueños. La realidad me despierta hoy, serena y cuerda, con razones que dejan sin capacidad de reaccionar a mi mente. Los sentidos se aplacan con la misma medicina, dejar de soñar lo inalcanzable.
Aunque fuera poca cosa, mirar a los ojos a personas que aprecias y sientes los latidos de su corazón a través del mismo aire que respiramos.Ya ves, me considero un afortunado porque puedo respirar un día más y caminar por las veredas de antaño, seguir soñando como un niño, ya que los niños nunca alcanzaran todos los sueños que almacena su alma.

Sé que soy muy torpe. Quizás inútil. Un ser que busca lo imposible, lo inalcanzable aunque solo de poder mirar su mente en un ser amable y sensible. Como el que mi mente sueña, y que le sigue a todas partes.
Por muchas luces que se apaguen en este corazón torpe, en sentimientos alcanzables. Seguiré ahí sin miedo, pero con sueños. Mi alma se siente segura en los pensamientos que pasan por sus ojos sabiendo que todo es un sueño inalcanzable.


Alguien dijo, si buscas la felicidad, esta al final del horizonte..., camina y mira al final del camino, que la encontraras. Pasó el tiempo y seguía caminando y se encontró con la persona que le dijo que caminara mirando el horizonte, para decirle que, él seguía caminando y no veía el final del camino... Y le contesto... Sigue caminando que al final de tu vida lo encontraras.

Sé que son torpes palabras las mías, pero sigo por los caminos y seguiré caminando. Qué más felicidad que poder seguir recorriendo lugares compartiendo la vida con los seres que aman que, buscan la felicidad a raudales.
13/12/17

Antonio Molina Medina

LEER, LEER, LEER. Dijo D. MIGUEL

Caminando por la pedanía de Sinovas (Aranda de Duero Castilla)
Muchas veces (o quizás los aires que sigo respirando de algunos lugares de mi Andalucía) me tocan cuando se filtran y se acomodan en mis aposentos y me salta el corazón que, aún, sigue sofocando incendios para seguir soñando con lo nuestro. Con lo que me ilusiona, con lo que no me deja indiferente.
Un buen día alguien se cuela por tu ventana y se hace real. Sonríes y aprietas los dedos para deslizarlos junto a tus ojos por los senderos que se abren a sus ventanas cargados de los surcos del arado romano que un día intentaba sujetar con mis manos y que hoy son palabras de alguien que se dirige a nosotros y se hace real.
Entras en sus páginas ¡ya en las primeras! algo muy dentro de mí se puso en guardia, y me introdujo a través de un pisito en la siempre eterna Sevilla, en su contenido, en todo su hábitat y me fue modelando, fértil tras su arado, desplazando tierra al ir  penetrando sobre el sur donde me parieron. Me fusioné con su paisaje, las palabras y lugares, algunas muy conocidas de mi propio origen, y otras descubiertas con el personaje a través de sus páginas.
Gozando de bonitos paseos por la ciudad. Mirando hasta la ropa de sus personajes que me provocaba bocanadas de vida,  incidiendo en todas sus facetas.

La lectura ha sido cómoda, con imágenes vistas entre la tinta que corría por esos surcos, capaces de agilizar y hacer sentir, incluso, volver atrás para apostillar lo leído. Puente de Triana, Torre del Oro, cerveza Alhambra… encuentros con mendigos, que pica la curiosidad del lector buscando el final hasta que desaparece…
“Somos lo que comemos” (una gran verdad), frases que te susurran al leerlas y sientes la sensación que ellas trasmiten. Una cascada de imágenes se vislumbra y caen sobre el lector como agua manantial que brilla sobre los surcos de letras incontroladas. La mente sonríe y se place; no intoxicada sino suavizada, y sonríes por ello. Los sentidos se recrean. Los descansos son agradables para reponer de aire nuevo la mente y los sentimientos que fluyen sin pausa en nuestro intelecto y te implican en la búsqueda del curro tan necesario para el personaje.
Ves su angustia que se apropia de mi conciencia ¡trabajo precario como la vida misma!
Mientras que las relaciones humanas se meditan y explayan en su contenido para dejarnos ante el precipicio de mirar a la lejanía, buscando ese puente que enlace estas hojas, surcos que necesitas para seguir emborrachándote con la tinta y peripecias del personaje que lo han dejado en la claridad de la noche, pensativo. Descansando para seguir con su arado abriendo más surcos para poder sembrar...

10/03/17

Antonio Molina Medina