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Sendero río de la Miel-El Cobre-Parque de los Alcornocales

Vuelven trepidantes los caudales de sus ríos a fermentar en su alma lo no vivido, ya que los sentidos le dictan lo que necesitan para sentirse vivos.

Quizás sean los cambios en su metamorfosis, o  las plegarias que su corazón deja al descubierto, cuyo viento sopla en su rostro y no deja de azuzar su mente, implorándole que se desdiga de lo no vivido, y siga por las veredas donde nunca habrá  olvido, donde la luz es cada día más intensa; cuya luz deja  su sombra inerte en los caminos.

Pastor de Sinovas-Aranda de Duero

Suculento es su nuevo despertar, arrojando lo inservible y masticando con fuerza lo imprevisto, donde siente los placeres de los sueños dejando que en el cuerpo se espolvoreen sus recuerdos y los haga innecesarios ante una vida que comienza de nuevo.

 

Pero surge la duda, y los sentidos se alborotan, y desdicen de la maldición que un día nos cedieron los que nunca han querido ni amado, ya que solo por intereses, movían los remos de una galera repleta de seres que solo querían la Libertad para los suyos… Un enjambre de avispas se posó  en los caminos  que sorteaba, detrás de las dulces abejas  que espolvorean su carga para poblar los olivos y copular con fuerza las viñas dejando al trigo que se aúpe entre piedras y tierra cementada.

Parque de los Alcornocales. El Cobre-Algeciras

Los años son los que enriquecen su alma, y su corazón se afianza en su costado cual fiero león en la sabana  que sigue rugiendo ante una sociedad que  no le sabe a nada.... Quizá la nada le empuje a seguir luchando por todo lo que nadie quiere. Pero a él, es lo único que le alimenta y deja su corazón al descubierto capaz de las pequeñas historias ya que las grandes gestas las deja para los ya consagrados, aunque los corazones siguen enclaustrados en medio de la maleza que es lo mundanamente conocido e innecesario.
Pedro Abad-Córdoba

Antonio Molina Medina

06.01.21