REALIDAD


 
La Luna muy orgullosa
se mira en el ancho mar,
con su cara tan hermosa,
¡qué grande y linda está!
 
Se mira y requetemira
pero el tiempo se le va,
ella sigue contemplando
su reflejo en la mar.
 
La Luna no se percata
que su tiempo ya pasó.
La Luna se está mirando
y ya no ve su brillar.
 
Marcha muy triste la Luna,
ya no ve su reflejo en el agua.
Su figura ha perecido
con la inmensidad del mar.
 

Antonio Molina Medina