EN UNA CAFETERÍA



Sintiendo notas de recuerdos
mientras las olas limpian la playa
deslizándose por la blanca arena
brotando de ella los lamentos.
 

El piano resuena, a veces alegre,
otras son las manos piano, piano, lento,
del pianista dirigidas desde muy adentro
que transforma la música en lamento.

 
Él no se da cuenta que de sus dedos brotan
sonidos que son ilusiones en el tiempo.
Del teclado salpican melodías que calan
nacimiento de musas, duendes y silencios.

 

Brotan mis recuerdos. Las musas me envuelven.
Palpitan los sueños. Me elevan al cielo.
Mirando, mirando… Te encuentro a lo lejos,
jugando garbosa, eres puro nervio. Mujer con mesura,

 
de jugosos sueños, que inundan mi vida
que iluminan mi alma. Perforas visiones
cual viejo candil que tu luz atenúa todo lo que siento
y me hace vivir, sin oscuridad mis duros inviernos.

 Antonio Molina