Cuando las hordas de la noche escudriñas en tu corazón
y resoplan insistentemente tratando de disipar los placeres contenidos de su
corazón, aun dolorido, pero no sumiso, sin que nadie ni nada que le oprima y
menos consumiéndose sin ideas que hagan revivir de nuevo todo lo que acontece a
su alrededor es: Un corazón nuevo consistentemente humano, que florece como una
flor en primavera. Reluciente. Esponjoso. De tiernas hojas. Presuroso en
deshojarse de nuevo, para seguir viviendo junto al río de los deseos, sus
deseos con las personas que amas, quiere y le confortan.
Amistad, querida amiga, es la palabra que fluye con
fuerza, que provoca suspiros y rabia. La verdad sólo tiene un camino, el que parte
del mismo destino, cual vías de un tren en la noche, sin parada ni marcha
anunciada.
Antonio Molina