Cortijo Mejaralto Alto-Chorrosquina-El Cobre-Algeciras |
Esta pequeña historia, ocurrió en un
cortijo de la sierra de Algeciras: "Majar alto". Dicen que el perro es
el mejor amigo del hombre y en esta pequeña historia se puede demostrar, que incluso
dio su vida por sus dueños. Paso a contarla.
Los moradores de dicho cortijo, eran
los humildes de esa época: el padre y la madre trabajaban y el niño se quedaba
siempre con su tío y su perro León que, dentro de la rutina diaria, aportaba su
ayuda a la familia, espantando las gallinas del huerto con su corretear y con
otros menesteres, como jugar con el niño.
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Sinovas pedanía de Aranda de Duero |
Pero un día, al levantarse para
comenzar un nuevo día, León no aparece por ningún lado, y por muchas voces que
le daban no daba señales de vida… Esperaron a la tarde y nada de nada. Llega la
noche, y el niño les decía: -¿León se ha perdido?- Y los padres se
callaban…Pasa el tiempo, los meses, quizás un año y león que no aparece,
después de todo tipo de consultas preguntar a personas de todo tipo, por todo
el contorno se le da por perdido, con tristeza y pena lo dan por desaparecido,
toda la familia con resignación y tristeza por parte de todos.
Una tarde de verano, sobre el
atardecer, sin llegar la oscuridad de la noche, la madre y el niño se encontraban
en la cocina, el niño jugando y la madre en sus tareas, después de trabajar
todo el día en el pueblo, estaba fregando los cacharros de cocinar y ocurrió
algo inesperado. El niño pega un salto y con un grito asustó a la madre, ya que
apareció un lobo en la misma entrada de la puerta principal del cortijo.
El niño grita de miedo.
-¡Mama un lobo! ¡Mama un lobo!
La madre coge al niño, al que protege
con su cuerpo.
El animal les mira desde la puerta del
cortijo.
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Majaralto Alto. Chorrosquina-El Cobre-Algeciras |
Y se queda quieto mirándola. En ese momento le sale un aullido que parece un lamento con toda la fuerza de sus pulmones, con la cabeza levantada, como un desesperado. Después de la primera impresión la madre coge un palo para defenderse y proteger al niño, pega con el palo en el suelo y el animal se calla y les mira fijamente, ojos tristes, de un animal desesperado; se calla y empieza a caminar lentamente hacia la familia. El susto es mayúsculo, la madre arropa con su cuerpo al niño entre sus brazos, el animal sigue acercándose pero ya empieza a menear el rabo y con la cabeza gacha, se para y levanta la cabeza y les mira, y a ellos les da un vuelco el corazón y gritaron
-¡León! ¡León!
El perro al oír su nombre, empezó
a ladrar, mejor diría a llorar de alegría, brincos, saltos, se revolcaba por
las piedras del suelo de la cocina, con las patas hacia arriba, algo digno de
ver y poder contar: enfermo de parásitos, con un pedazo de cuerda al cuello.
Que rompería al escapar, solo tenía los huesos y el pellejo, con muchas pupas por
todo el cuerpo: un espectáculo dantesco y denigrante, la madre no se atrevía a
tocarlo era una visión terrible.
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Sendero Río de la Miel-El Cobre-Algeciras |
La madre no se lo pensó, cogiendo el barreño grande donde bañaba a su hijo Preparó un cubo de agua y empezó el proceso de recuperar del animal, que tanto quería esa familia. ¡Con qué pasividad se dejaba de lavar, y curar sus heridas, quitar los parásitos! ¡Y con qué amor se le trataba, al que como el hijo pródigo, había regresado a su casa! después de haber sido robado, por personas sin corazón y, por el trato que le dieron en su cautiverio, tan poco humano.
Esta familia seguía su vida cotidiana
de aquella época; una mañana como todas para ese niño, su tío le dijo.
-¿Niño -mira a ver si las gallinas
están en el huerto, y 'espántalas'?-, -que están escarbando en las patatas-.
Como era costumbre, salieron los dos corriendo al huerto pero su amigo León
acudía el primero al lugar, y esa vez ocurrió un grave accidente en el que el
pobre león se vio implicado. Al salir corriendo el niño junto con el perro, y
nada más entrar en el huerto, se rozó con el cuerpo del animal y el niño cayó
de espaldas contra el suelo, con tan mala suerte que se pegó con la cabeza en
una piedra de pico, que estaba en la vereda y se hizo una gran brecha en la
cabeza. Al llanto del niño acudió su tío y lo cogió en brazos y lo metió dentro
de la casa, lo curó como se hacía entonces…, lavar la cabeza y la herida
y secar, poner un trapo en la herida y confiar en la suerte que no haya
infección. El perro se sentó al lado del niño. E estaba triste, de vez en cuando
levantaba la cabeza y lamiéndole las manos.
Al llegar la madre del niño, y ante el
espectáculo que se encontró, solo pudo gritar.
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Majaralto alto-Chorrosquina-El Cobre-Algeciras |
-¿Qué le ha pasado a mi niño? -Repetía,
una y otra vez. Viendo a su hijo sentado en un banquito de corcho y su perro a
su lado, mirando los dos a las llamas que brotaban de los troncos ardiendo de
la cocina.
La madre se puso a llorar y a
lamentarse y su hermano y tío del niño le contestó estas palabras literalmente:
-No llores mujer, lo que tenía que
pasar ya paso, el niño está bien. Mientras la sangre que brotaba de la herida
por el cuello, ya seca, de todo el día; sentado en el fuego bajo de la casa,
poco a poco la herida había dejado de brotar la sangre… su tío le decía a su
hermano: No te preocupes mujer, ya lo he controlado yo todo el día y
parece que ni fiebre tiene… le tocaba vivir no era su hora.
Esta familia por las necesidades de la
vida, tuvo que emigrar: Sobre el 18 de noviembre de 1.948 con sus pocos
enseres; como medio de transportes el “tren”. Un viaje interminable en esos
trenes de madera con sus máquinas de vapor que todo lo inundaban, transbordos
por doquier, paradas interminables... Días de viaje que no acababan nunca, con
un destino desconocido, a la otra punta del mapa: una ciudad que se llama Orduña,
a 1.100 kilómetros de sus orígenes. Como es normal el perro León se tuvo que
quedar en Algeciras: Lo tuvieron que amarrar, parecía que se había vuelto loco,
sabía que no iba a ver más a su familia.
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El Chorro-Chorrosquina-El Cobre-Algeciras |
Al pobre animal, primero lo tuvieron unos tíos del niño en la Fábrica de la Luz, “luego fue presa de agua y hoy la nada” en el río de la Miel. Después al negarse el animal a comer, se lo llevaron a otro tío del niño, en la finca de ‘Chorrosquina’, y en la comunicación con sus tíos por carta, este niño se enteró de que su perro León había muerto de tristeza por el recuerdo de sus antiguos compañeros de vida, no lo pudo soportar, eso lo mató. Lo enterraron en la finca del tío del niño, en Chorrosquina’, en una finca enfrente de las chozas de paja que eran las casas de esa época.
Triste historia, y grandeza por parte
de un animal, que prefirió la muerte por hambre, ante la falta de sus
compañeros y amigos, pero las cosas grandes se recuerdan para siempre, “adiós
amigo León” después de… 70 años alguien se acuerda de ti, gran amigo; escribiste
esta historia, para mí, digna de poder contar.
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El Cobre-Algeciras |
Mucho se ha escrito sobre los perros, como el mayor amigo del hombre: pero como mejor lo expresa es un gitano, nacido en Martinamor (Salamanca). Don Rafael Farina. Cuyo nacimiento tan bien lo relata un vecino de su localidad.
(“Don Celestino ‘Ligüenza’ cura de la localidad,
de moro lo hace cristiano con muy buena voluntad, así dios le ha protegido, con
una gracia especial, en vez de cambiar un burro se ha dedicado a cantar, con un
estilo gitano, que nadie puede igualar, parece mentira que naciera en un
pajar”).
Antonio Molina
Medina
29.04.21