Pedí la nada
y me dieron todo.
.Deje mi
puerta abierta y se coló un lucero.
Despeje el
desván de mis recuerdos
y apareció
mi consuelo.
Bendito sea
lo humano y sereno;
lo sencillo
y cuerdo, ya que lo que
seduce es su
alma pasmada de luces
que alumbra
su cuerpo y la hace visible
desde las
arenas del desierto
Antonio Molina Medina
22/05/16