MUJER


El Cobre. Algeciras
Quizás sean las palabras más hermosas y tiernas que los vientos me traigan desde los surcos del arado, con cuyo acero penetran en mi alma… Solo faltan las semillas,  las que nos lanzas al aire para recoger… recogerlas con ansias y sembrar dentro de los hoyos que mis manos azuzan con sus dedos, para profundizar en su tierra: suave,  aplanada por los tractores de mi recuerdo.

¡Año pletórico de azucenas! De guía sublime y sin mancha. Como las letras y versos que salen de tus pestañas y las hace fuente de agua clara.

Hoy sonríe mi rostro y dejo que mis dedos catapulten y rompan, incluso, las teclas de mis deseos… Sé que son incapaces de versificar los sueños y sus creencias… cuyos senderos siguen supliendo a los angostos silencios… Pero, fortuitos y sedientos, nunca dejaran de sentir, de sentirte, y de acunarte en la cuna de mis deseos.
 
El Cobre. Algeciras

Sueña y camina.
Y siente la paz y no la ira.
Yo siempre seguiré aquí.
Entre mis letras.
Algunas verdosas, entre
el cáñamo y la desdicha.

Antonio Molina Medina

31.12.18