CIEN AÑOS. María mata Padilla)


 

Curtió su piel el aire de la vega

los astros, como espigas, se inclinaron ante ella

el sol en un rayo se colaba en su enagua

sonriendo pícaro al despertar el alba.

El Cubillas ríe y canta al bordear su casa

Federico la observa cayéndole la baba

sus ojos de aceitunas caen lágrimas ácidas.

¡Si era una chiquilla, cuando yo la miraba!

Repetía dolorido mirándola a la cara;

él la encontró de nuevo en mujer aguerrida

con cien años de luz, de sombras y de risas...

de esperanzas.

Su corazón flota y late con fuerza inusitada,

Federico la observa, se regocija y calla

porque la quiere, la ama y María en respuesta

le sonríe con gesto divertido que brota de su cara.

Antonio Molina