No sé cómo
dirigirme a su sonrisa,
la que dibuja
su cara y limpia mi alma,
la que llena de
contenido mi vida
y mis
esperanzas.
¡Qué podría
decir de tal sonrisa sincera!
Qué podría
decir de ese alma serena
que sueño lo
inalcanzable, con solo
mirarme en ella
y soñaré, y
soñaré mientras me quede
un átomo de
vida en este polvo de tierra.
He encendido la
radio esperando su voz.
para
encontrar su risa, su bravura y candor.
Su voz se hizo
patente, limpiando alrededor
salpicando mi
cara versos de corazón.
Escuchaba los
versos en su noble dicción
limpios,
seguros, claros, como en una canción.
¡Cómo los
remataba!,
¡Cómo los
trasmitía!
Surgían por su
boca cual fuego de cañón
palabras
convertidas en balas primorosas
versos como
rocío salpicaron mi cara, y
todo, todo
vibraba en la Hacería
popular.
Tú, eres
diferente, no eres como otras
sacas tu
corazón y por todo lo das.
Los amigos te
adoran.
Los humildes te
aclaman.
Tu sitio está
en la tierra no solo en praderas,
también en las
montañas por toda tu grandeza.
Mujer de
corazón que no cabe en el pecho
que los gnomos
los dioses y Federico, el duende
te protejan,
desde la alta cúpula celestial.
Antonio Molina