CORAZÓN


Deja volar el corazón alocadamente y sin recato.
 Es el que manda ya en tu vida,
 y a ese es al único que debes hacer caso.
 Muerde tu alma desbocada
 en cada grano de tierra que pisas
 y déjalo reír… y llorar.
 Cantar y querer... ¡Amar!, ¡Amar!
 ¡Amar! que es lo único que merece la pena en esta vida.
 Nunca, nunca  dejes que se detenga.
 La muerte nos sobreviene porque olvidamos
 de que estamos aquí, en esta tierra,
 para vivir intensamente sus latidos.
 ¡Oh! corazón atolondrado,
 sigue latiendo desaforadamente
 porque te quiero y
 te amo más que a mi propia vida,
 sin ti sería un  ser desafortunado.

 Antonio Molina