LA MUERTE DE UN SER QUERIDO

Orduña (Bizkaia)

Agazapada ella la espera,
le toca en el hombro
y le enseña su calavera.
 

Ella la espanta y la muerte se aleja
pero ella impasible espera, te espera.
Vuelve sonriendo
con toda su muerte a cuestas
y tímidamente ella la ahuyenta,
sólo unos pasos,
ella ya sabe quién es su presa
y lentamente la atrapa y se la lleva.
 

Estuve con ella y la conocí,
era como siempre, fría y solitaria,
una dama negra que
orgullosa y pertinaz jugaba con su presa.
 

Vete, le dije, no juegues con ella
aún es muy joven. Déjala vivir,
no te centres en ella. Que tienes
otra gente que en ti se recrea.
 

Ella se ríe, con mueca voraz,
impertinente y segura.
 

Vete, le insisto. Déjala en paz.
Que es aún muy joven.
No ves que ahora está empezando a vivir
 

La muerte es tenaz,
a veces tempranera,
se encapricha de alguien
y juega con ella
hasta que impasible
arrebata su presa.
Porque es muy paciente,
ella sólo espera.

Antonio Molina