Yo la vi frustrada y percibí
sus lágrimas
como se incrustaban en su
fina cara
buscaban los surcos que los
deslizaran,
y no los hallaba. Su piel era
joven
no los encontraba, formaron
un delta.
Por toda la cara.
Él las recogía y se las
guardaba
formando un collar que su cuello
alzara
se lo regaló mezclando sus
lágrimas
provocando en ella, que su
alma, llorara.
Antonio Molina