SUS PASOS

¡Que las estrellas te escuchen y
los cielos se aclaren!,
Solo la luna será capaz
de sentenciarle en sueño y
acudir al rincón donde se calientan,
bajo la chimenea, entre troncos y ascuas,
cuyo humo se desliza camino las estrellas.
Si sigue andando
la culpa es de su cuerpo
que se niega a estancarse;
aunque sólo haya espinas
en la verde pradera
por la que retoza
desde que era un niño.
01/06/17

Antonio Molina Medina
CAMINANDO POR SINOVAS
Con un folio entre sus manos ya repleto de palabras bien aderezadas, factibles y humanas de  donde brota la luz la que nos ciega el alma, con el resplandor del blanco de una mirada. Instintivo, un solo rayo de luz se filtra en la penumbra por su ventana, buscando desesperada mente un alma solitaria, un cuerpo que la esperaba, simplemente humana, dispuesta a apreciar lo que de la naturaleza nos mana.

Sonríe mientras camina y ella le acompaña, liberando su anatomía de influjos agoreros, los que insatisfechos entorpecen sus pasos por la inmensa Sabana que nos acoge y nos da señales inequívocas ante su portentosa savia. Somos menos que la nada si no somos capaces de dejar de afrontar por los caminos que transitamos los improperios que encontramos. Las luces de colores que alumbran nuestros pasos no deslumbran los sentimientos que afloran en nuestro caminar en un mundo incómodo y mal preconcebido.

Ya envuelto su cuerpo en la nada, busca dentro de su alma las huellas dactilares ya repleta de arrugas, mientras, el sonido de la campana se filtra en los campos y su música resuena intensa, a lo largo y ancho,  sobre el valle y campiña, por las tierras castellanas, mientras una tenue lluvia, se posa lentamente sobre el barbecho de la Pedanía. Las viñas se desprenden de sus colorantes hojas frisadas por las gotas de agua las que lentamente se deslizan sobre la reseca tierra que generosa la detiene; dejando a su tronco expuesto y expectante,  esperando sereno afrontar los fríos de su invierno mientras un gorgoreo de los pájaros se aleja y se repliega buscando otros aires más propicios del invierno y las ramas enredadas en su indolente cepa, se dejan cortar en la poda para dejar su cuerpo a esperar su nueva primavera.
En la iglesia cae, en el sepulcro de su noche y se adecenta para los focos de luz que la acompaña, mientras, en su eterno, descansan al rescoldo de las melosas y azucaradas almas, mostrando su otro talante, la que descubrimos a través de sus farolas que se reponen insaciables entre luciérnagas, que hablan las que en su Sinovas (pedanía), resuenan entre columnas con su arte.
29/05/17
Antonio Molina Medina


"refugiada entre las sombras latidos de tu alma"

"refugiada entre las sombras latidos de tu alma"
que se nutre de la Dama de tus vientos.
De los sabores de tu cuerpo.
De la luz que desprenden tus ojos
cual dos antorchas mezcla de rubí y esperanza.
Surtidor de almas que buscan entre los
pliegues de tu cuerpo el elixir del placer.
La esencia de la virtud, junto al laberinto
sonrosado donde almacena
tu cuerpo el valor, la tristeza y el ansia
de sentirse, enclavado de tus sueños.
25/05/17
Antonio Molina Medina

JUAN FORRAJE

Lo conocí.
Era un campesino
de pelo canoso, pequeña estatura,
con andares firmes y un bigotillo;
de sonrisa franca y gestos genuinos,
de palabras claras y corazón de felino.
Y nos enamoró. Y nos hizo felices
cuando éramos chiquillos.
Nos alimentó con letras de libros
y pan de molinos.
Historias certeras de su intimidad
forjando vivencias de su buen andar.
Lo conocí, reí con él y lloré su muerte,
que no pude ver. Ni sentir los trinos 
de pájaros cantores que revoloteaban
por todo su cuerpo, mientras
la tierra cubría su sonrisa, que
fue su recuerdo.
Quemando nuestras heridas.
22/05/17

Antonio Molina Medina

LUCÍA MOLINA MARTÍN

Para mi nieta Lucía.

Te conocí en el vientre de tu madre.
Brotó dentro de mí, amor inmaculado.
Cual manantial, emergió entre montañas,
apaciguando mi vida atormentada.

Naciste de seres que te adoran,
que se envuelven contigo y se recrean.
Serás, manjar perdurable en su despensa.
Y mantendrás mi vida en continua primavera.

Que tu rebeldía sea mi alegría y para ti,
lucidez y frescura, para alegrar la vida
de aquellos que contigo vivan.
Tendrás un mundo esquivo
que superarás con fe y gallardía.
18/05/17

Antonio Molina Medina

Amiga… Del alma.

Amiga… Del alma.
Eres una buena amiga. Un ser lleno de vida, de sueños y tristezas las que comparto contigo desde que me levanto, hasta que la soledad se dirige a acompañar la noche, esperando el nuevo día y cuando mis ojos se abren, solo sonrío a la vida, la que creo comparto contigo, ya que cada día es más difícil vivirla sin sueños que nos den un poco de alegría.
Y es que sí que es verdad:
Eres una buena amiga, que, aunque el tiempo pase y las distancias nos separen, no así el corazón cuyos latidos comparto contigo y, te descubren desde lugares en su recorrido.
Hoy… sediento estoy de tu recuerdo, de tus palabras, de “tus versos” los que transitan “apasionados sentimientos” “amiga poeta”. Tu versar nos sacian el apetito del alma y nos deja vertidos con la “fuente” de tus “versos,” los que se “inspiran” en el “placer de los cuerpos”, cuerpo “sedoso” el que “acaricia” y sacia los placeres de nuestras  almas  que, “guardados,” dejan “huellas” insaciables;  que dan vida a nuestro cuerpo plagado de sueños “regados,” “bellos” que te devuelvo  para tus “ojos” ya doloridos por la vida y su ajetreo.
 
Ya ves, amiga mía. La vida es de los que estamos ciegos, los que no se adhieren a la maldad que nos rodea. Ni para los que solo se sacian de amasar fortunas a costa de la miseria del pueblo. Ya ves que, hasta las religiones matan por ello, sus dioses están en los bancos entre los dominantes que esclavizan al Pueblo.
Pero ellos no podrán olvidar, que nuestro rincón está en un cementerio o debajo de las llamas que los leños provocan, cuyas cenizas las dejaran en cualquier parte, en algún lugar de nuestro hábitat,  para luego repartirse sus dineros.
15/05/17
Antonio Molina Medina


MUJER CASTELLANA

Trigales de Sinovas- Aranda de Duero- Castilla.
Era enero y el frío azotaba los bosques.
Las heladas se dispersaban con sus alas muy blancas.
Los tejados cubiertos de nieve incidían en sus tejas,
mientras sollozaba la lumbre en sus casas.
¡Señor!..., que se acabe el frio en mi morada.
Mientras del cielo, lloran lagrimas blanca
su cuerpo de piel de canela se calienta
entre cálidos  troncos de roble y hojarasca.
El invierno sostiene la tierra quemada.
Mientras, Castilla se solaza mirando sus campos.
Qué lujosos, los cubre cual manto de sabana,
mientras ella, cual Luna regalo de plata,
se place por sus prados de limpio y albahaca.
Sus ojos vidriosos relucen con el ardor
que las brasas provocan, y la primavera
reverdece, inalterable, en su cuerpo;
atrapando las flores del tiempo,
que la hacen más bella y lozana.
11/05/17

Antonio Molina Medina

"Meciéndote entre mis versos"

“En recuerdo de las musas que pululan”
entre las rocas, molinos y raíces que
surten hoy sus orillas.
Y las caricias preñadas de su dulce agua
que provienen del manantial de sus ojos…
de la fuerza de sus dedos…, de los versos
que traspasan, incluso, mis sentimientos,  
pues son producto de su alma. A cada paso
dado no dado su sombra embellecía todos
los rincones y recovecos donde el agua
penetraba, dejando un rastro de dulzura
en cada chorro de agua.
08/05/17
Antonio Molina Medina


VOLVER DE LA NADA

Subí con mucho ardor a lo alto de una montaña. Descansé del esfuerzo y disfruté de su panorámica. Llené mis pulmones de aire y la vista se dejaba caer sobre el valle y sus gentes, sobre el río y sus aguas. Era muy bello lo que veía. Mi alma volaba y mi corazón, sepultado en mi cuerpo, sentía como sus latidos se adentraban por todos sus miembros. Chisporroteaban sus ascuas.
Los picos de la sierra vigilaban el valle. El río de la Miel besaba su cauce. Las cabañas del Cobre, a veces, se inundaban con sus sanas aguas atormentadas.
Los caminos de la Trocha nos indicaban su trazado a seguir mientras, en el chaparro, los asientos se acomodaban, para reponer sus fuerzas alrededor de su tronco.
Las bestias bebían sus aguas  y las madres de antaño, de rodillas, lavaban la ropa golpeando con sus manos en sus piedras aplanadas.

Me senté en las piedras. Miré si había leña. Encendí fuego y me calentaron las llamas... Cerrando los ojos miraba su cara, sonreía por dentro y mi corazón lo acunaba.
Los troncos ardían con ganas, sus azules llamas subían con fuerza buscando el cielo que nos arropaba.
Bajando la vista al crujir de los troncos quejándose de sus llamas, que, dejaban un tupido manto blanco de ceniza y sustancias.
El ruido del agua de un caño chiquito me dejó sin habla.

Me acerqué a sus pozas y mi cara se quedó en el agua. Veía el cabello blanco entre sus ascuas. Y desaparecían negros colores de tierra que con ella se mezclaban. Los troncos ardían en la vieja fragua, Chispear de ascuas. El acero se funde. Las llamas lo forman, el blanco lo atrapa.
¡Unos sencillos versos de dedos humanos sensibles y sinceros de un corazón pletórico de sueños, le hacen ser sincero, romper una lanza y lucha sin miedos! Sus recuerdos atrapan.
04/05/17

Antonio Molina Medina

PENSAMIENTOS

Me detengo en mis pensamientos y mis dedos se dejan flotar,
mientras, miro el teclado, tan negro, con sus manchas blancas
de nácar, anunciando palabras que, hilvanadas puedan
llegar a sus ojos. Traspasar la barrera de su alma para filtrarme
dentro de su corazón. Ya que, catapultado por sus sentimientos,
se hace uno más humano…, más tierno, capaz
de todos los milagros plagados de sentimiento.
Eres el trozo de cuajo
que mi madre introducía en el barreño de leche para formar
buenos quesos, donde el hambre mía se deshacía de elogios,
arropado por la sonrisa que de su rostro fluía.
Hoy no tengo motivos de hambre de pan…, pero sí de Cultura.
Y sentidos. Porque mi mente necesita abrigo.
Y sonreír con las cosas sencillas.
Como nos demuestras día a día, que
compartes con nosotros esa Universidad que brota de
tu cuerpo sentido. Cuerdo…
Para que, una montaña de seres te comprendan.
Y, como es obvio, te respeten y te quieran,
por la fuerza que proviene de tu mente
capaz de trasformar nuestras conciencias.
02/05/17

Antonio Molina Medina