VIRGEN DE LA ANTIGUA

 

La vida sin recuerdos, es una vida vacía e inservible…

Feliz Ocho de mayo, En la Ciudad de Orduña

Virgen de la Antigua. Ciudad de Orduña. Bizkaia

 Viví bajo su manto inmaculado.

Vigilado, arropado y protegido por su mirada.

Saboreaba las lágrimas que surcaban

de mi niñez temprana, enmarañada.

 

Sus ojos que todo lo divisan,

cual halcón, gavilán diestro o vigía,

protegiendo a sus crías desde el aire,

arropando su obra bien hecha.

 

Desde lo alto de la montaña ella nos arropa.

Protegiendo a su valle y sus montañas,

a sus crías, que con pericia trata

junto a los animales que con ellos conviven,

 

inculcándonos el amor, que ella profesa

como perdurable alimento necesario.

Amor, palabra milagrosa en ella

que el hombre mancilla y corrompe.

 

Amor por el que todo se comparte,

llegando a dar la vida por ella.

Quisiera con mis versos envolverme

en su manto y que ella me proteja,

 

me dé el alimento para mi alma

y fortalezca todas mis enseñanzas añejas.

Compartiendo con ella mi existencia,

quisiera poder besar sus ojos y su cara,

 

a cual hiedra firme me enroscara

eternamente a su real figura me adhiriera.

Recuerdos de un hombre con sotana.

Un intenso frío nos envolvía.

 

Cuidad de Orduña. Bizkaia. Monte Charlazo

La naturaleza nos ofrecía su otra cara

frente a la fuerza de nuestra juventud temprana

que con desparpajo nos atrapaba.

Antonio Molina Medina

08.05.21