“El cristo muriendo en la Cruz para salvar al mundo, no
es lo mismo que el mundo crucificando al cristo para salvarse. Aunque el
resultado fuera el mismo…, no es lo mismo.”
Antonio Machado
FEDERICO
A Federico… F…
Federico,
inmortal Federico.
Tus lamentos se
oyen desde
La campana de la
torre de la vela
hasta del fondo
de la tierra.
Tu herida sigue
abierta
tras el paso del
tiempo.
Tu dolor nos
entristece.
Federico… ¿Y tus
sueños?
Se perdieron una
madrugada,
pero tu voz
perdura con tus versos,
ni el tiempo es
capaz de deshacerse
de ellos ni tu
ejemplo.
Las aves del
universo tampoco
dejan de trinar
por las aguas
del Cubilla que
hoy pasan turbias
sin versos en
sus orillas.
Cuando mientan
tu nombre,
se agigantan las
ardillas,
entre choperas e
incienso.
Tu gente aún te
sonríe.
Tus ojos
penetran entre las nubes,
encontrándonos
tu atractiva mirada.
De tus manos
descolgadas caen letras,
pétalos que
huelen a sabia envueltos
en música
plagada de sustancias.
¡Sigue soñando
maestro!
Tu semilla está
sembrada.
El manantial se
hace río y el río la mar salada,
donde surcan por
océanos tu voz dulce y refrescada.
Federico tu
esperanza está puesta en tu ejemplo
que corroboras a
través de tus palabras.
Almas que
sueñan. Compartimos con nostalgia;
la poesía que tu
corazón nos demanda.
No pudieron
acabar con tu hermosura ni
con el ruiseñor
que llevas dentro.
No pudieron
acabar con tu verdad hablada
Palabras que nos
dejaron la verdad ilustrada.
Mientras colgado
de un columpio
Tu cuerpo se balancea
en él con dos cuerdas
una de oro, otra
de plata.
03/06/14
Antonio Molina
Medina