RELATOS, DESDE UN CORAZÓN EN LIBERTAD

Sentado en el banco en un apeadero, viendo pasar los trenes como artilugios sin parada, un hombre solo, desilusionado de la vida, contemplaba los zumbidos a su paso, mientras el viento le resoplaba la cara.

Un buen día, una señal se puso en rojo. El expreso, al detener su marcha, le indicaba que era el último tren que pasaría en su vida. Levantando la cabeza miró apático y sin ganas. Sus ojos descubrieron, entre los cristales, un rostro generoso de mujer, cuya mirada le mostraba una sonrisa plateada que brotaba de sus labios de grana. Y no dudó. Sin pensar en nada ni en nadie, se asió a su barandilla introduciéndose en el departamento, al tiempo que, silbando y retozando por las vías, la mole de hierro continuó su travesía.


Se acercó a ella y se acopló a su lado. La miró a los ojos y descubrió su luz. Mientras su cuerpo, corrupto y sin vida como el bueno de Lázaro, se volvía de cera, su corazón comenzó a existir. Sus ojos penetran en su propia corteza. Se ferró a su mano asiendo sus dedos. La cubrió su manto, con su humanidad.

No quiere riquezas, ni gloria, ni tierras, ni castillos viejos llenos de fortunas. Con lágrimas en sus ojos dice que la quiere. En su soledad, ella le consuela. Ella le da vida y se agarró a ella, como salvavidas en esta colmena, con la rica miel que corre por sus venas, la que le alimenta y le apuntala a la tierra.

20/04/12
Antonio Molina Medina


MUJER

Acurrucado, arrodillado en su regazo,
busca los sabores del ausente.
Cuerpo dolorido, amansado,
flotando en suspensión entre sustancias
que pululan por el espacio sideral.
Despeja los sentidos atrofiados.
Roza lo infinito, lo trivial.
Aferra a su sombra entre sus brazos
e inquiere entre las alturas su rostro:
para mirarse en sus ojos;
para bañarse en sus labios,
Y degustar los placeres gratos
de la periferia de su cuerpo,
firme y sereno.
Frente a la divinidad que trasmite,
suplicante y férrea
junto al jardín de las delicias
desfoga la riqueza que mana
de su propia alma,
que se confunde con la nada;
para seguir siéndose suyo…
27/04/16

Antonio Molina Medina

LA VIDA

¡Vive la vida como si fuese un sueño!
¡Degústala con todos los sentidos!
nunca se agotan, si lo que haces con acierto.
La libertad es parte de nuestro proyecto.
Somos así, nadie nos detendrá
porque existimos así de ciertos.
Nos lo creemos porque somos sinceros.
Vivimos no lo vivido estando despiertos.
Absorbemos de la vida todo lo bueno.
Mucha limpieza y sentimientos.
Sólo vivimos. Sólo queremos.
Y cuando amamos todo ponemos.
25/04/16

Antonio Molina Medina

MUJER

Esta primavera está dándome la lata. ¡No se puede acumular tanto amor en mis venas! al final será el corazón el que se haya convertido en una hoguera. No habrá agua de mar, manantial, o río limpio que pueda apagar todas esas llamas, que inundan su cuerpo, que brotan por los ojos, implícitamente vivos. Una realidad nos atrapó. Vivirás... viviré... soñaremos... serenémonos... por y para la poesía cómo tú lo eres para mí, mujer.

22/04/16

Antonio Molina Medina

LA ES-FINGE

¡Como volaba su cuerpo!
¡A su alma le das alas!
y miraba nuestra nieve
que el Mulhacen ofrecía
junto al Veleta sus aguas.
Una mujer de trapío hizo
que su cuerpo volara,
su corazón convivía
latiendo cuerdas de guitarra.
Su sonar era su cuerpo.
Su corazón su esperanza.
Su voz la plegaria que 
en su corazón calaba.
El cielo cubre su cuerpo
entre sus sábanas blancas.
20/04/16
Antonio Molina Medina

MUJER

Me acurrucaría en tus brazos
escuchando los latidos
que manan del corazón.
Ese músculo divino
donde salpica la vida,
bomba celeste
que jugosa riega
alegre, cuerda,
todos los jugosos embriones
que florecen de su jardín,
donde se encontró la rosa
más hermosa,
que pudo él contemplar jamás.
18/04/16
Antonio Molina Medina

Paisaje roto en la Cañada de los tomates

La vida no se acaba con la muerte.
Tu silueta corretea la cañada,
con tu collarín al cuello
cuidando con mimo tú belleza

Te sigo viendo correteando
por los campos, aquellos en lo niño
jugaba junto a ti. ¡Sí!, junto a ti.
Porque el tiempo no existe,
el tiempo sólo está en nuestra mente,
en nuestro sino.

Pero te segaron la vida,
la muerte traicionera
que no deja de ser muerte,
aquella que ha truncado
tu joven existencia,
en plenitud de tu vida.

Te atrapó en medio del camino.
Sin tú buscarla, ella te localizó.
No tiene sentimiento.
Es la pura maldad.

Ese paisaje que tanto quise, que tanto quiero,
se ha roto por el impacto certero del progreso.
Tu figura, tu silueta repartiendo los cupones.
Se ha roto el paisaje, ya no está tu figura.
pero tú seguirás recorriendo tu barriada.

Vida cortada por la intolerancia,
el vicio y una falta de principios
que, poco a poco, van desapareciendo
de la sociedad, que adolece de interés
en la juventud que nos acompaña.

Desde la distancia te sigo percibiendo,
tu recuerdo aflora a mi mente, te sigo viendo
correteando por la Cañada de los Tomates.
Tu figura menuda y tierna se sigue distinguiendo
por la alta loma, cañada que está en mi pensamiento.

Tu temprana muerte forma parte de la vida
porque el paisaje se ha roto por momentos,
tú no te merecías esto.
El día que volvamos a nacer
nos encontraremos en el río de la Miel.
Río de aguas limpias y claras
que un día no lejano nos acompañó,
con su pureza, surtiendo de rica y fresca agua
a esa fecunda vega de El Cobre,
en lo profundo de la cañada
la que un día con sus gentes,
solidarias y sufridas,
nos ayudaron a vivir con dignidad.

Nos volveremos a encontrar
en nuestras verdes praderas,
montados en corceles veloces,
de espléndida figura,
con sillas de noble cuero
y bordadas con oro fino,
con la lezna de plata.

Nos regocijaremos en nuestra nueva vida
con aquellos que nos precedieron,
nuestra gente y nuestro credo.
En la nueva vida que ya no fenecerá.
15/04/16

Antonio Molina Medina

DELEITE

Dándolo todo se recibe todo.
Algo mágico ocurre en nuestro interior
luego de ordenar los retazos de una vida,
soportando el dolor, la ira, y la envidia.
Pero cuando el amor entra en ti
todo se perdona.
Un acordeón de sueños
capaz de soportar lo indecible
te ayuda a vivir sin recato.
¿Para qué queremos sermones ni nieblas?
Sólo nos queda la suerte de encontrar
el amor de nuestra vida.
Sé que duele... pero así lo fue siempre.
Algunos seguimos vivos
gracias a la amiga poesía
siempre presta a ayudarte a
caminar entre minas.

13/04/16

Antonio Molina Medina

SU MIRADA ILUMINA

Dura será la senda.
Escabroso el sendero.
Las hojas del camino
nos marcarán la ruta
de sueños, muchos sueños.
La verdad reluciente
superará su filtro.
Menudos orificios
de mensajes nuevos
dejarán de exculparle.
Sin miedos ni apatía
sofocaré mi aurora.
Limpieza y pundonor.
Amar mucho a la vida.
Regocijo ser útil y
curar las heridas,
que poco a poco limpian
unas manos de aire,
donde soplan partículas
aireadas de silencio.
Cuando aprieta su mano y
le muestra su aire
yo me aferro a su cuerpo
comprimiendo el aliento
sutil y copulador,
de sustancias aguadas
que por el cielo pululan
esperando su causa.

13/04/16
Antonio Molina Medina

ELLA

¡Qué guapa eres!
Miro como tus ojos transportan nieve.
Fuente de luz es tu mirada.
Seguridad. Pura energía.
Llegó a mi alma junto a tu calma
el jugo divino que me atenaza.
Cuando la aurora sopla en mi cara
siento tu aliento que me traspasa
en lo más profundo del corazón,
Mujer de gracia.
07/04/16

Antonio Molina Medina

LA VIDA

¿Qué es el querer, vida mía?
¿Será vivir cada día
sediento de tus amores
que acaudalan ríos de vida?

¿O será la valentía
de decirte cada día
lo mucho que yo te quiero,
que sin ti me moría?

La luz que brilla en tus ojos
cual candil yo me alumbrara.
Caudal de sombras lujosas
las que mis ojos vería.

¡Cuánto amor acumulado!
¡Cuánta sed hay en mi boca!
Que solo por besar la tuya
Mis labios se deshidratarían

Cuando se siente la dicha
de vivir galopando
sencillamente trabado
con la brida a tu caballo
por los besos de tu boca.

¿Qué es la fortuna mi vida?
Si será ser la cadena
que se apriete a mis caderas
certeramente cuantiosa.
04/04/16

Antonio Molina Medina

CORAZÓN

Soledad, así la llaman por  sus ojos y mirada. Fue el ayer tan sabrosón que sus labios se dilatan. Sólo por sentir los tuyos su cuerpo ya se le escapa y su voluntad de acero se derrite en su mirada. ¡Cómo la quiero queriendo! ¡Cómo la ama su alma! Su corazón ni lo siente, ni le importa dónde está, ya sabe que está muy cerquita de otro corazón que brama. Envuelto en la luz de un candil se encuentra prisionero y en calma. Quererla, sólo quererla es el oficio divino,  así como correr por la pradera detrás de ese bello cetro que tanto ansía su alma.
O1/04/16

Antonio Molina Medina