Me
acurrucaría en tus brazos
escuchando
los latidos
que
manan del corazón.
Ese
músculo divino
donde
salpica la vida,
bomba
celeste
que
jugosa riega
alegre,
cuerda,
todos
los jugosos embriones
que
florecen de su jardín,
donde
se encontró la rosa
más
hermosa,
que
pudo él contemplar jamás.
18/04/16
Antonio
Molina Medina
Acurrucarse entre los abrazos del amor, abrazando al corazón, latiendo versos, suspirando verbos, floreciendo las flores en el jardín.
ResponderEliminarPrecioso lo que has escrito.
Un beso, Poeta.