“La poesía sirve para expresar lo inexpresable, sirve
para hablar de lo culto, lo secreto, lo sagrado. La poesía es un fin en sí
mismo, el único fin posible. La poesía solo es poesía cuando revela lo más profundo
de tu alma…, no el alma del lector, el alma del poeta.”
SAHAR DELIJANI. (Teherán)
Querida amistad:
... soy incapaz de
desprenderme de ella ya que me aferro con firmeza a su cintura, saboreando inconscientemente
las sustancias que manan de sus letras y aspirando su aroma, deja mi alma
repleta de sustancias mañaneras.
Sé que no podré dejar de
sentirte y, abundantes veces hablarte, con palabras que yo solo entiendo, las que
provienen de mi espíritu, para constar y comunicándome contigo con
conversaciones de un gran valor humano, ya que, estas tan cercana, que
muchas veces mi corazón se sobresalta y piensa mirando a los lados, que estas a
su lado.
Como ave de paso me
aferraría sin miedos, para que me trasportes a esos lagos, que entre montañas
se hayan; sin calzadas que puedan llegar a nuestro lado ya que la naturaleza estaría
a nuestro lado para que las palabras que, motivadas fluyen del alma y el
corazón ya no trata de transcribir. Solo las yemas de los dedos son capaces
incansablemente de soportar las delicias de sembrar sin arado en la tierra
quemada, para envolverse en ella y:
Ser invisible y sensible,
para adherirme al aire que respiramos. Volaremos sobre el bosque y mojaremos
nuestro cuerpo en las aguas dulces que probándolas, nos harán mucho más seres
humanos.
Hoy, entreabriendo tu
ventana,
un soplo de aire fresco se
me introdujo
en el pecho y mis pulmones
desabridos,
soltaron lo insano que
había en ellos para,
inhalar tus plegarias. Tú
ya nunca serás extraña.
En el bosque de mis penas
esta siempre tu alegría,
esta cogido mi cuerpo
aterido de memorias
dominando toda mi pradera,
con recuerdos
añejos, los que tú aliento
me deja.
La luz de mi entendimiento
se dilata cuando leo
y tus versos me dominan,
hace posible que mi alma
se deje fluir por el agua
que corre por tus venas.
Ya no sé si es alegría, o será
lo que yo siento,
pero aun sin luz yo te
leería, ya que tú eres sentimiento,
el que no encontré en mi
vida, ni en caminos recorridos
cuando me faltaba el
aliento.
Qué grande es tu corazón,
y que grandeza tu alma,
ya que siento tu interior
y me acomodo sonriendo a
la sombra de tu árbol
buscando sombra y calor.
Para rebuscar en tu cuerpo ese punto de fervor
que dan los sentimientos que atrapan el corazón.
Sin introducirme en tus
ojos...
Sin penetras en tu cuerpo.
Sin rodear los ríos aunque
me
ahogue por dentro, porque
tienes corazón. Tienes
alma y
mucha vida, la que
sustenta
mi alma y, mi savia yo
daría
por compartir una miaja de
la tuya, ya que la mía se
agota
envuelta en sueños de amor
que recobre entre tus
versos
que a mi alma envolvieron.
Miras por la ventana y los
pájaros te sonríen, ya que la intensa luz que brota incansable del espeso
bosque de Robles, el aire de sus hojas se pliega en tu rostro y te hace de
fuego y se hace plegaria.
Gracias María.
Antonio Molina Medina