SENTIMIENTOS

Sinovas Castilla León

Sientes dentro de ti  una necesidad de seducir las palabras que flotan, sin dueño, en tu entorno natural y se cuelan sin filtro dentro de tu alma. Las dejas reposar conscientemente y te ves reflejado en ellas, en su, oasis, fresco vergel de yerba y agua, lo que place a los prados de tu corazón, fértil compañero  que lo filtra todo, eliminando sus impurezas. Recorriendo las arterias que riegan tu anatomía, como ríos de lava, que se enfrían y calientan la inmensidad de las palabras.
Sinovas Castilla León
El azul celeste recorre por los ríos de tu cuerpo canalizando con tu lava los resquicios de tu cuerpo, cuya fuerza perpetua las plantaciones aromáticas, cuya savia te envuelve y empuja con fuerza, rompiendo por sus yemas dejando sus dedos qué percutan las palabras que, encadenadas, se despiden de tu figura convirtiéndose en siluetas que aman entre besos y metáforas rellenando el papel que, en bruto, se rebana entre sus ojos con intensas palabras  unidas por  calles estrechas, que sellan con precariedad, la música sacra de pensamientos que fluyen sin tregua, para apretarlas, compactas y dejando espacio para que el aire recorra los renglones donde el aliento de vida sople. Sople suavemente, dejando sonrisas que lloran y ríen, por la blanca nieve que sustenta los versos cual plegarias que perpetúan al poeta, dejando el rastro de sus pasos, en las estanterías al calor de las brasas.
Sinovas Castilla León

Mientras, amaron y soñaron a pesar de las desgracias… sus desgracias. Su fecundo paso, aun con alambradas y cuchillas que matan. Más fuerza será la  de las sencillas palabras las que inundan los prados delicados, resquicios de seres que amaron y murieron por sus causas, para dejarnos sus nidos que rasgan el silencio y se hacen metralla, de sueños y anhelos, con sabor a albahaca que se cuela fértil en el fondo de nuestra alma.
05/07/16
 Antonio Molina Medina

ARADOS CAMPOS DE CASTILLA


¿Qué es la locura?
Le balbuceo el cuerpo a su mente, caminando entre viñas. Entre roja tierra que pisa cuerpo, cuya gumía penetró en sus entrañas para que bostece y se fortalezca. Mientras sus ojos desfogan su luz entre trigales y campos arados; en los pinares saludas los pájaros y las vocecillas de las hormigas reclaman templanza a tus pies, ante tan diminutos cuerpos.


Se detiene en compañía de su sombra, que hace lo que le manda su cuerpo, sumisa a sus costumbres dejando posar su cuerpo al lado de su señor. La campiña domina su mente y su sombra le pregunta con insistencia:

A la vid le han brotado inicio de burbujas que rompen su tronco, su sabia se cuela por su linaje anunciando generosos tallos, mientras algunas palabras escritas acompañan a tan singular proeza, plegando sus hojas se aferran al tronco los versos y coplas, las que atrapan su alma de seres que sueñan.


Entre sables y espadas, los cuervos planean, se alejan y cruzan los páramos, dejando las fértiles cosechas que arropan la villa. Despejan sus mentes, escuchando los sonidos de la campana de la iglesia anunciando los cuartos, las medias y las horas como antaño.

Despejado su sentido camina por las aguas, sin mirar atrás. Mezcla de recuerdos que son el soporte, que es la alegría que su cuerpo necesita. Aunque deje girones de su organismo, discerniendo lo malo y lo bueno que brota de sus sueños que, insaciables, caminan con él en su soledad.
Antonio Molina Medina
05/05/16