Gracias por esos pequeños momentos tan gloriosos
para él. Crees que lo sabes todo y al final, nada, soledad y mentiras
encarnadas en una vida llena de quimeras. Vidas llenas de nada.
Hoy en un instante y con solo mirar sus ojos, ha
fluido de ellos el amor que siente por dentro, en silencio. Quererla por
dentro. ¡Con que poco se conforma el hombre! Pero ella es real, es vida de la
que ya no se usa; como diría el poeta: "Morir es poca cosa si tu amor está
lejos".
Tan solo le diría, que es la columna que le
mantiene erguido y con su mano tendida recuperará más vidas aún, consiguiendo
que de las cenizas resurja lo que creía consumido. ¡Pobre de él, desconocedor
de esa otra! Benditas neuronas que pululando por el cerebro van entendiendo ese
mundo descubierto.
Se siente iluminado por esa vida nueva, quizá más
seguro, quizá más perplejo... porque es muy impactante encontrar, en el camino
un alma que te quiera, para quien desconoce el amor que no miente, el sincero.
¡Cuánto tiempo perdido! La vida es sencilla, fácil
de vivir, y... tan factible el salto para escapar, para mecerte en sensatez y
enviar al abismo todo lo irreal.
Qué verdad más grande esta del poeta. Estar volando
con ella, soñando...en silencio y a la vez con su silencio, que la vida no era
vida y ella, se lo ha descubierto, incluso a estas alturas ha sentido AL HOMBRE
NUEVO.
Los ojos alegres del poeta, se emborronan con
lágrimas por el recuerdo de una vida vivida como un perro sin dueño, con las
manos vacías y el corazón, reseco. Hoy querida amiga estas son las cosas que
puede decir desde el corazón, aunque sienta incluso, un poco de miedo,
por el decir directo y expresivo del músculo corazón. En las horas tardías
de la vida te regalan la primera rosa, y ella te obliga a revivir.
Por ello considérate orgullosa, si los milagros no
existen, tú, si eres de verdad, eres rosa y no legajo olvidado, encontrado en
un cajón al trastear.
Un gorrioncillo les miraba sorpresivo y le ha piado
al poeta que, encontró a Federico en su Granada natal, que no se preocupe por
quererla, como lo que son, que el amor, el cariño y la amistad se
entretejen y se ligan en un solo panal.
El poeta se despide de la mano del juglar:
Que usted lo pase "de cine" princesa o
hada jovial o acaso la Julieta
llena de risa al pasar por el camino emprendido, senderito del rosal, o pequeña
barquichuela para mecerme en el mar.
Antonio Molina Medina