Museo de Orduña- Bizkaia- País Basco |
“Queridos amigos: Hace tiempo hice firme promesa
de rechazar toda clase de homenajes, banquetes o fiestas que se hicieran a mi
modesta persona; primero, por entender que cada uno de ellos pone un ladrillo
sobre nuestra tumba literaria, y segundo, porque he visto que no hay cosa más
desolada que el discurso frío en nuestro honor, ni momento más triste que el
aplauso organizado, aunque sea de buena fe.”
Federico García Lorca
La muy noble y leal ciudad de Orduña- Bizkaia- País Basco
LA NAVIDAD
Hoy me dices: “que te acompaña un "cálido" sonido el viento, está
nublado... el ambiente es de navidades pasadas en la niñez, cuando "mi
navidad" no empezaba el primer domingo de adviento, se ajustaban los
gastos y casi siempre estaba resfriada”.
Getares- Pentagrama- Andalucía
Mientras mis
recuerdos emergen ya sin miedo, ora llevaderos de andrajosas aguas que
estuvieron detenidas y depravadas por su tiempo ya deshumanizadas y con signos
destructivos por la miseria humana que iba deteriorando su intelecto en su agua
desteñida.
Hoy circulan
con fuerza sus pensamientos protegidos por las hojas de los manuales, bien
comprimidos de verdades inamovibles, y ya agregados a su cuerpo con palabras
acomodadas a su entendimiento; aunque se mezclen con las ajadas y viejas fieras
del sufrimiento, de su enjuto y silbante y propio pasado por lo incierto y
oscuro de lo humano…
El Cobre- Chorrosquina- Andalucía
Hoy, sus
pensamientos andan de un lado a otro de ese tiempo descubierto, ya que las
palabras fueron hechas aire, para poder respirar su contenido; fueron
emboscadas entre el polvo añoso de sus años, enredado con los armarios desnudos
de valor, ya sin valía humana, mientras palpaba la molesta y oculta
transigencia, la que insistía en el poco valor que se guardaba en ese armario
sin cerradura. Aunque la curiosidad y la palabra hablada le incitaba a mirar
por algunas de las fisuras por donde vadeaba los susurros de esas letras
amontonadas, que lo deslumbraban a gritos mientras transitaba por su estancia;
la fuerza del conocimiento le calentaba, los renglones a la sazón, fuego rojizo
el que salía cuando el sol las alumbraba antes de ocultarse, mientras su mente
las acariciaba antes de que la sombra las ocultase.
Ya la luz se
instaló en su corazón de la que su disfrute le azuzaba mientras el aire ya
repoblado de sustancias dejó que sus pensamientos, dentro y fuera de su mente,
caracoleando con vivencias nuevas y ángeles sin alas que se camuflan; mientras
sus harapos se sumergen hoy adictos a la sonrisa, ya desgranada y disuelta,
entre sus genes. Sin olvidar las noches con calma donde compartimos hasta
la escasez y la esperanza.
04.12.24
Antonio Molina
Medina