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| Parque de los Alcornocales- Majaralto- El Cobre |
“Pero,
en realidad, lo que le ocurre al indigenismo de don Antonio es que es un
indigenismo cargado con la presencia del amor. Lo mismo lo que escribe entonces
en Soria, que lo que escribe después desde Baeza. ¿Y qué es lo que con el amor?
El amor es una droga que aumenta la capacidad intelectual y sobre todo aumenta
la memoria. El amor agudiza la visión, y el indigenismo de don Antonio está
agudizado por la presencia de Leonor. Leonor le hace ver su tierra, le hace ver
aquellos campos de Soria, le hace entender las leyendas de Bécquer, le hace
entender a Bécquer.”
Antonio Machado
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Él preguntaba a las piedras.
Él, preguntaba a las piedras del camino la dirección que tomó cada pisada
que marcaba los herrajes por donde el pueblo nómada anduviera; los senderos
dejaron escritos los hechos de sus vidas, una sombra, un aguacero que no
logro borrar de su memoria esos amores que barrieron las sombras del pasado
que, entre besos y abrazos, se injertaron en su cuerpo.
Los lazos de la noche se posaron en su cuerpo dejando entre su ropaje lo
mejor de sus afectos. Lúcido y sensual, supo poner en la cúspide de su
conciencia sobre la añeja roca donde posaba su cuerpo su propia libertad,
después de soportar el trayecto recorrido a pleno sol… y con el corazón
ligeramente abierto por donde se afilaban las palabras, ahogadas entre las
espadas que cortaban el silencio agitando el aire que se escanciaba en su
cuerpo.
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Mientras la luz y los suspiros eran incapaces de detener su ahogado y sediento y sofocado aliento, que lo exponía a la luna en su recogida entre pellizcos de amor enternecido, anegando sus pasos por el alumbrado que su cuerpo recorría.
Antonio Molina Medina
19.05.23