DAME DE BEBER

Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León
 

Dale más vida para seguir soñando mientras camina y sus pisadas perforan el barro y la tierra labrada, entre piedras y barbecho. Deshojando sus sentidos en silencio, soportando el calor de las palabras y los rayos que el cielo le mande cuyas tormentas cubran las aguas de su cuerpo despojado ya de sustancias amaneradas, donde el ser humano sea lo más fecundo de sus entrelazados pensamientos, engarzados como eslabones de cadena.

Él sabe que está a punto de dejar esos caminos; que abrazado a ellos se siente agua y fuego ya que su invierno está salpicado de lana de oveja que soportará su cuerpo, mientras su alma volará por los riscos y el crujir de sus llamas, cuya candela lo reclama.

Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León


Y mece su cuerpo en su propio invierno, dejando a su paso las cepas repletas de racimos blancos negros, despejando el camino para pisar sus granos y formar los caldos que se deslizaran por esas gargantas, secas por el tiempo. Mientras los frutos de los campos crecen, a pesar de la mala yerba que entierra parte de su cuerpo, para que los animales se fortalezcan por dentro. Mientras, la noche en su oscuridad y su silencio, posa en su cuerpo la paz añorada en todo su organismo, contempla la sonrisa que le atrapó tras el brillo de las estrellas, en su firmamento azul y, al despertar los prados están sembrados de frondosos mantos de vigorosos capullos a punto de reventar con fuerza, produciendo la locura a través de la fuerza de esas flores que hoy se humanizan en el jardín de su espiritualidad.

Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León

Déjale implorarte, -naturaleza- humana. Aunque  sucumba en el intento compartiendo con esa dama, o doncella, la que vislumbra su mente y la hace certera por la calidad de su agua… hoy… más reluciente y pura; frondoso manantial del que nunca se desprende. Mística y doliente, posa su humanidad naciente, donde los sueños revierten en su corazón... hoy… liberado ya sin puertas ni ventanas, ni esas rejas que entorpecen la salida a la libertad humana.

Caminando por los senderos de la madre -naturaleza- la  que verde, verde y aseada,  limpie sus pies sin calzado caminando por ella, mientras de su voz se escurran palabras que aun cantan; llantos indoloros a los que se aferró espontáneamente, los que le proporcionaron la claridad que su mente necesita,  apropiándose de su propia oscuridad, pidiéndole a la naturaleza que conciba su súplica, y coordine sus pasos y deje a su vista otear el horizonte… Hoy verde y frondoso y repleto de nobleza, alienta a su corazón que, cansado pero seguro, no deja de dar gritos y aspavientos, incitando a su cuerpo a aferrarse cual semilla, a la propia -naturaleza- y olvidarse de las baldosas de las ciudades inhumanas, cual despepito ineludible que brota desde su voz, hoy agigantada y estéril, que debe sofocar.    

 

Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León

Sin mesura, los años, y los meses, y los días, y las horas… siguen arañando los sentidos encadenados a su cuerpo, pero a la vez soltando con fuerza las amarras de una mórbida y frágil sustancia que generan sus dedos, cuyo tiempo le incita a perforar ese arte donde la palabra, las palabras, forman ese envolvente murmullo de letras que vuelan a su alrededor, las que acoge su mente enriqueciéndola libremente, cual montaña, inalcanzable donde el icono de su voz se hace grito en la llanura que, insaciable, le libera entre sus versos dejando una sonrisa en su cuerpo; junto a esa paz que su alma le pide,  por la que su interior, impasible, se adueña de sus sueños cual vuelo de serafines desde su alcazaba.

Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León

Antonio Molina Medina

05.04.21