AMOR

Hoy he visto la luz a través del espejo.
He sentido el fluido del requiebro sincero,
El murmullo del viento que me daba en la cara,
a pesar de la duda de mi soledad abrumada.

He dormido entre brasas, sulfurosas y lúcidas.
He sentido en mi alma la pasión y el olvido.
He querido sin tregua. He sentido tu alma.
He vivido por ti... sólo por ti mi amada del alma.

¿Cuántos versos dados?... ¿No dados?
Sentía en tu mirada.
¡Cuánta muerte en mis labios!
¡Cuánta vida preñada!

Sentía en mi rostro el amor decisivo 
Que soñaba contigo desde el amanecer al alba.

¡Cuánto quiere mi alma a corazón sincero!
No creo equivocarme, me recreo con ello.
Tú, eres vida. Plegaria, sueños, convulsión…
Serte de utilidad seria mi ilusión, mujer.

Los míos sembraban los campos de oro.
Rostros agrietados me alegraban la mañana.
El sol destilaba aromas salados en sus caras,
que las olas del cielo surcaban plácidas.
Ellos, serenos, campando por  sueños soñados
que emergían, vibrando, de sus ojos.
Antonio Molina Medina

17/11/16