UNA NUEVA ALBORADA

Río de la Miel - El Cobre - Algeciras.

No has podido plasmar en una simple hoja de papel
lo que muchos pensamos.
Es triste reconocer que cuanto más tenemos
menos felices somos.
Quizás sea porque antes no podíamos, casi,
ni llenar los estómagos.
Pero teníamos a los seres queridos
que ya nos abandonaron.
Pero tenemos que seguir.
¡Tenemos que sentirnos vivos y libres!
O ¿acaso el murmullo del viento cuando
nos sopla en la cara y nos hace sentir que aun
seguimos vivos, no es suficiente motivo para llorar a
los que nos dejaron? ¿Y reír que aun seguimos
contemplando los mares y los ríos y
las personas con corazón?  
Que aun las hay en este mundo de miseria
que vivimos pero, a pesar de todo,
miras por la ventana cuando te levantas y
sonríes a un nuevo día.
Una nueva alborada, respirando con
fuerza ese halito de aire que entra en
los pulmones como un rayo de esperanza.
Antonio Molina Medina

SU LLANTO LES CONSOLABA


Eran las nueve de la noche
cuando lo sacaron de su casa.
Dos niños en la cocina
y una madre en la ventana.
La puerta se cerró tras ellos
a las nueve campanadas.

La muerte toco su puerta
a las nueve de la noche.
La luna lloro su muerte
a las nueve de la noche,
donde el oxígeno falta.

Los vientos luchan entre ellos
a las nueve de la noche.
Mientras la tierra violenta
su cuerpo se lo tragaba.

A las nueve de la noche
su sombra se la quitaban.
Mientras las nieves eternas,
se derretían hechas lágrimas.

Eran las nueve de la noche
en la esquina de la tapia
su sombra aun lo vigilaba,
y penetraban su cuerpo
miles de agujas y espadas.

A las nueve de la noche
el silencio se hizo fusiles
colándose por las ventanas.
A las nueve de la noche
dejo su sangre sembrada.

A las nueve de la noche,
en el pueblo que nació,
ni su vega le lloraba.
A las nueve de la noche
dejo su sangre sembrada.
Y no hubo enterramiento,
ni iglesia que lo guardara.

A las nueve de la noche
no hubo ataúd ni una cama.
A las nueve de la noche
su corazón se paraba.

A las nueve de la noche
la muerte cumplió certera
sin repicar de campanas.
A las nueve de la noche
su agonía fue muy larga.

A las nueve de la noche
un gentío lo acompañaba:
las sombras de sus hermanos
los que él acompañaba.

Eran las nueve de la noche…
¡Ay qué malditas nueve de la noche!
Eran las nueve de la noche
en todos los relojes de su Vega.
Con un puñado de piedras
cerraron su noche eterna.

Antonio Molina Medina
16/08/14


CUANDO VENDRÁS PRIMAVERA

Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-

Siento los pájaros trinar en mi silencio, desde su libertad que florece en mi cerebro ya que, hasta las sombras de los árboles, explosionan en mi sombra sus sedimentos.

Los años me han enseñado a comprender a los que se aman, aun entre las cicatrices de su silencio y no como amor antiguo, aquel que, a escondidas, donabas la semilla y su alegría como seres con miedo.

Yo quiero ser poeta como los de antes que, aunque sufriendo, sigan mis cantos camino de los prados acoplando en los amantes lo que con alegría veo en sus ojos, en sus rostros y en sus cuerpos que flotan entre nubes, en el jardín de la dicha, aún con el sabor de la tristeza; compartiendo sus vidas, y sus ansias de besos… dejando tras de sí cavilaciones y quimeras para pisar con fuerza las praderas de sus sueños, como el pan de cada día que es el alimento de nuestro cuerpo. Y se solazan a la orilla de su alberca y caminan sin agobios y sin miedos a mojar los sentidos de sus cuerpos. Hoy, ya alcanzables, buscan el valle sin alambradas que lo invadan, ni sacudidas salvajes de las fieras que, pacificas, se dejan susurrar cielos alca
Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
nzables; aunque tropecemos con las piedras, o con cantos de sirenas, nadie detendrá hoy sus pasos inaccesibles, porque la libertad se siente inacabable.

Las cepas de las viñas, y los castaños, y los retoños de árboles frutales que crecen y se aferran a la tierra, ya salvaje, por donde hoy pisan mis sentidos y dejan sus huellas; donde crecerá la yerba como el manto verde -de las sabanas;- donde suavemente se posara el aire y las zarzas se afianzaran por los senderos siguiendo las huellas de aquellos que caminan con firmeza por los senderos de antes.

Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
Los aperos de labranza se limpiarán para competir en los días cálidos del vetusto verano, aprovechando el leve descanso del invierno. Mientras, sus rostros altivos sonríen caminando por sus campos, ya sembrados, desde la lejanía de sus silencios, entre bosques de encinas y pinos, y curtidos nogales que aplauden mis pasos. El olor de los surcos sembrados se cuelan por mis sabores y se hacen cómplices con los seres de antaño. Detengo mis pasos y, fijando mi vista, miro con mirada de Águila lo bueno y sabroso que nos depara la vida. Comparto las silbas de las aves que se apilan en el calor del verano. ¡Y pensé que estaba solo en la tarde nochera! Y sonaron pasos que no dejaban huellas: limpios hoy de la materia, sonaban, unos a mi lado, y otros delante y otros detrás de los míos, y me acompañaban entre suspiros y abrazos.

Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
Sonrisas cambiaban de rostros por los campos añejos de la Pedanía, alguno aún vivo y, de otros, queda su recuerdo. Y, poco a poco, queda camuflado mi cuerpo ante tantas almas y cuerpos preñados de sentimientos que hoy alteran mis pasos y hacen veloz mi cuerpo.

Mi cuerpo se espolea y le brotan nuestros cánticos que la tierra recibe como presentes que aun poseo. Las coplas seducen los páramos entre el aire de los matorrales y los vencejos que someten al viento caliente de la tarde, y mis pulmones expelen su aire regado con seres que aun sienten, ante las generaciones que hoy -quizás- sientan el sabor a aguardiente: borrachera de sonidos ardientes.

Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
Mientras, el sudor invade mi cuerpo y aflojo las cinchas de mi cuerpo. Y me desprendo de añejos harapos y los lanzo al viento, y él me los acoge y los hace de piedra entre las praderas de mis sentimientos que, sedientos de letras, de puntos distantes, de comas de ahogos y de puntos ya añejos, para no asfixiarme entre tanto silencio. Mientras los arboles silban canciones de antaño, y las antiguas melodías surgen de esos cantos, los llanos repican y el olivo gime; y salen sus tallos en grupos, sus flores preñadas, sensuales, repican con ansia en sus soledades. Y el laurel, cual tierra, me coge de la mano y yo me dejo llevar por los surcos del arado y por los limpios prados entre pozos donde el agua me aguarda y me detengo. Y los enamorados beben de sus aguas solo con sus manos… mientras la materia se acopla con sus fieles cántaros y el amor se extiende por cuerpos que aman y sufren sus caños.

Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
La luz se fecunda entre jóvenes voces, entre corrientes de agua donde aún los sueños brotan de sus almas. Altivos recuerdos: se sienten extraños entre pisadas de gamos que braman y abejas que vuelan, buscando colmenas de corcho y de cera entre las laderas del agua que clama desde las gargantas, donde aún mugen las reses envalentonadas.

Y la primavera esparce su manto y aún se acicala y se viste de verde… ¡de verde esperanza! mientras en los cielos, las nubes se agitan y se dejan ordeñar dando su agua clara, donde el campesino sonríe y camina entre voces antiguas buscando esas vidas que aun sueñan y nos hablan.

Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
Continua la vida y sueñan en sus casas con el fuego encendido ¡aun calientan sus brasas! Entre naranjales, perales, cerezos, manzanos y nogales que gimen la dura escarcha… hoy salpican sus rayos sobre las manadas de raíces que a la tierra se aferran, desde la madrugada, a la tierra fértil que nos abre los surcos para sementarla.

La tierra sedienta de sentimientos aun nos atrapa y siguen bendiciendo desde las pasadas siembras, los espíritus del pasado, ya que sus pisadas poblaron estas tierras y aún perduran esas añejas cepas, como el lecho de los ríos que aun secos, circulan por los senderos donde esperan sus aguas y su viejo cauce.
Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
Entre intrépidas miradas, mi mente se defiende y se apropia de mis ideas y me denuncia el pasado ya que el presente me devuelve la maleza y sus corrientes… ¡la hambruna! que no nos deja y la soledad ¡que aún muerde! ¡Y el desamparo! En la tierra y mirando a mi alrededor, hoy suspira mi alma encelada en mi conciencia, proponiendo el buche de agua para todos y la hogaza en las conciencias, para la gente sin tierra.

Hoy la alberca esta sedienta de manos y brazos, y cuerpos que se acerquen a ella y expriman su agua que beberemos con nuestras propias manos y, si la sentimos, amaremos sus aguas.
Por tierras de Castilla- (SINOVAS- Aranda de Duero-
También la tierra la que nos protege de un mundo de fieras.
Antonio Molina Medina
14/01/18

SENTIMIENTOS


Sientes dentro de ti  una necesidad de seducir las palabras que flotan, sin dueño, en tu entorno natural y se cuelan sin filtro dentro de tu alma. Las dejas reposar conscientemente y te ves reflejado en ellas, en su, oasis, fresco vergel de yerba y agua, lo que place a los prados de tu corazón, fértil compañero  que lo filtra todo, eliminando sus impurezas.

Recorriendo las arterias que riegan tu anatomía, como ríos de lava, que se enfrían y calientan la inmensidad de las palabras. El azul celeste recorre por los ríos de tu cuerpo canalizando con tu lava los resquicios de tu cuerpo, cuya fuerza perpetua las plantaciones aromáticas, cuya savia te envuelve y empuja con fuerza, rompiendo por sus yemas dejando sus dedos qué percutan las palabras que, encadenadas, se despiden de tu figura convirtiéndose en siluetas que aman entre besos y metáforas rellenando el papel que, en bruto, se rebana entre sus ojos con intensas palabras  unidas por  calles estrechas, que sellan con precariedad, la música
sacra de pensamientos que fluyen sin tregua, para apretarlas, compactas y dejando espacio para que el aire recorra los renglones donde el aliento de vida sople. Sople suavemente, dejando sonrisas que lloran y ríen, por la blanca nieve que sustenta los versos cual plegarias que perpetúan al poeta, dejando el rastro de sus pasos, en las estanterías al calor de las brasas.

Mientras, amaron y soñaron a pesar de las desgracias… sus desgracias. Su fecundo paso, aun con alambradas y cuchillas que matan. Más fuerza será la  de las sencillas palabras las que inundan los prados delicados, resquicios de seres que amaron y murieron por sus causas, para dejarnos sus nidos que rasgan el silencio y se hacen metralla, de sueños y anhelos, con sabor a albahaca que se cuela fértil en el fondo de nuestra alma.
Antonio Molina Medina
05/07/16

MUJER SOÑADA


que la felicidad rebose tu morada;
que los vientos soplen y limpien tu entorno;
que la luz se cuele en tus ojos doloridos;
que tu sonrisa nunca se agote y deje que el
sabor de tu saliva inunde los labios que te besen;
que nunca te sientas sola, ni llena de tristeza;
que el amor transite, y florezca en tu corazón.
Con sus tañidos de campana,
su sonido nos dejará escuchar tus versos.
Palabras que brotan de tus hábiles dedos de pianista.
De un  corazón repleto de sangre que oxigena con
palabras regeneradas, las que sustenta mi cuerpo
cuyo corazón has refinado para que ame, quiera
y colonice sentimientos por el ardiente alma de tu pecho
que como lienzo trasmite sus letras en mi poesía.
Antonio Molina Medina
24/12/15