Haz de luz hendiendo
en el aire
penetra en su
cuerpo
da calor a su
alma
previniéndola de
las horas
míseras de su
invierno.
Vive con su
recuerdo.
Recuerdo que ya
no olvida
ni olvidará
jamás.
Estás en su
pensamiento
con el sabor de sus
aguas,
las que brotan de
los ojos
que, aún saladas
se hacen dignas
de beber
por la sed que
hay en su alma.
Antonio Molina
Medina
10/ 07/ 13