VIVIR O MORIR

 
Algeciras. Campo de Gibraltar
 
No quiero ser agorero, ni ramplón ni iluso, ni cuatrero.

Solo pienso lo que digo y digo lo que hoy pienso y lo

que ayer pensaba, ya que no se puede ser libre, hoy, de

nuestros pensamientos, que son lo que más sentimos,

y de lo que más expresamos y poco a poco, nos hacemos viejos.

Y si no seguimos las huellas del carro o las diligencias

con sus anillos de acero, poco podemos aportar a

esta sociedad de ciegos, donde lo único que importa es

el vil metal que brilla y nos deja a muchos ciegos.

Quizás los sueños se agoten o se trastoquen mis dedos

pero, lo que nadie podrá será que no diga lo que siento,

lo que me gustaría hacer, aun con miedos o desacierto.

Solo deseo ser… y luchare, y he luchado por ello.

Todo lo demás me sobre si de veras sueños tengo

y si no sueño no estoy,  y si no estoy… estoy muerto.

Un vendaval de palabras brotan hoy en mi cerebro y

mis dedos no se detienen ante tal desaguisado de versos…

Ya sé que son necedades que mi cerebro me dicta,

ya que el corazón está asustado por ello, pero yo

le animo a seguir, a compartir conmigo mi cuerpo.

Y la sangre se hace fuego y corre como un demonio

cuando le quitan el fuego,  y su savia me destoca y me deja

al descubierto; que la vida si se agota… esto sí que es ya

muy cierto. Y yo deseo vivirla aunque sea en mi desierto.

06/01/18

Antonio Molina Medina