COMIENZA UN NUEVO AÑO



Ha trascurrido su año repleto de esperanza, como un grano de trigo a gestado en su corazón, que cogió fuerza para poder sortear los vientos y las galernas que azotarán sin pausa por veredas encharcadas, por el que se filtrará buscando en el paisaje de su alma.

¡Nuevo año! Dejando atrás generosos y copiosos descubrimientos, que han iluminado su camino. Esos seres dadivosos que estaban ahí, pero que no encontraba, y es que  ya los conocía pero su mensaje no caló en su alma.

Ha compartido con Wuitman su angustia y su dolor, también su ira contenida y sus alegrías. Ha sentido llorar al lagarto y a la hormiga, suspirar al caballo, y a la alondra que le miraba desde una rama de Castilla. El gorrión ondulaba y le incitaba desde su nido en la encina.


Ha sentido el llanto del niño, la opresión hacia el anciano  y la ofrenda a la mujer. Ha maldecido con rabia el mundo que le rodea y al ser que puebla la tierra. No se ven caminos nuevos ni gentes que los transiten.

Dios se ha ausentado de este mundo… Si es que algún día existió.

Sólo el silencio le acompaña. Sólo recuerda los surcos que aquel arado romano con el acero en su punta, ahondaba en lo profundo de su tierra, para caminar por ella, acompañando al aire que limpiaba su impureza, sembrando buena semilla que año tras año envolvía para volver a nacer.

“Riman los sueños y los mitos con los pasos del hombre sobre la tierra”.
 
 
Alguien tocó su puerta. Él se la abrió, le dio cama y puso unas papas más en el puchero. Un puñado de leña se quemaba en la cocina, para calentar su corazón que da vida a su cuerpo que no entiende la vida.
 
Decía Prometeo:

“La poesía no es más que un sistema luminoso de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea, para que no nos olviden”
 
Un año más dispuesto a seguir vivo y lleno de sueños. Nada ni nadie detendrá a este caballo viejo con la sangre a flor de piel y dispuesto a galopar por las llamas del infierno. Inalcanzables utopías. Multitud de sueños. ¿Qué mayor sueño que sentirse la nada, que no eres nada en la vida y lo que eres se lo debes a los demás que comparten tu existencia?

Existir es una locura. Una ensoñación que despierta con la muerte. Y el cuerpo es el despojo de una vida que busca su destino que sonríe a su muerte.

Antonio Molina