TODO PASA.

Todo pasa. Todo llega. Se consume la vida.
¿Importa la tristeza? ¿Dónde queda el hombre?
¿Dónde la esperanza? Los sueños se rompen.
Estaban escritos según la escritura de gnomos y hadas.

Incluso su duende es ya de otro mundo.
Reposa intranquilo sueño de los justos.
Perdura el amor, nunca la apatía.
El amor es ciego, él ya lo sabía
 
se empapó de el mientras aún dormía.
Hoy entre los sueños la verdad, alumbra
repleta de partos, duele, ¡cómo quema!
Duele lo soñado, duele su costado.

¡Tanto amor vivido! ¡Tanto amor soñado!
Lágrimas de vino, cercano a la hoguera,
calientan su rostro sonrisa sincera.
Resiste corazón, atrapado en fuego.


Le duele, le quema, le abrasa... se abrasa.
Él es consecuente con lo que ha vivido.
El amor es puro líquido imperioso
manantial pulido del que cae, amor.

El querer de fuego, sincero, bruñido
El olvido nunca. Su querer es vida.
No a recuerdos negros, corazón de fuego
alma entre dos aguas de amor y dolor.
 

Antonio Molina Medina