PARA TI, MUJER QUE SUFRES

 

Soñaba con su cuerpo dolorido y cómo se resbalaba el agua por su piel, resaltando los montes y praderas: los secretos de una hermosa mujer.

Labaria. 

Frotaria. 

Rozaria con suavidad todo su cuerpo, y deslizaria sus manos por su piel; limpiari sus poros de sudor y amargura, para soñar que su alma vive entre su piel.


Mirar sus ojos y deleitarse en ellos.

Sonreír con su sonrisa placentera. Abrazar su cuerpo y sentir el calor que de él, junto a los latidos de su corazón que explota en su cuerpo.

Qué importa ya la maltrecha carne que nos pide a gritos el placer que no tuvo. 

Qué importa el cuerpo, si el dolor está por dentro. 

Encontrarse en su interior es lo que más anhela, y sentirse suyo, en espíritu sincero.

Antonio Molina Medina