No
los conocía, pero me acerqué a su tierra,
nos
hicimos todos uno en la vendimia, entre cepas.
Me
acuné en su mar sencillo de sudores y fatigas.
Comimos
del mismo plato, la misma comida y mesa
Degustamos
mismo pan, y el vino de su despensa
y
cortamos los sarmientos, que después fueron tormenta.
Gente
de sonrisa viva, y de amistad manifiesta
allí
donde mi persona, no se sintió forastera,
y
reímos, ¡sí reímos! Entre las cepas la juerga.
Ocultos
del sol, degustamos la cosecha
una
cueva muy sombría alumbraba la prueba
de
que los nuevos cachorros, continúan con la gesta.
De
Sinovas son nacidos, de Sinovas son sus cepas
poder
verlos en acción en la “Casa del tío Vítor”,
de
Sinovas, te esperan.
Descendientes
de Sinovas, de su casa en la plazuela
junto
a iglesia milenaria que reluce. Pedanía.
29/06/16
Antonio
Molina Medina