SU SOMBRA


Río de la Miel. Parque de los Alcornocales. El Cobre
Entre algodones su cuerpo,
alguien resucita esta espiga
que, fructífera, brota en los páramos.
Los años trascurren acompañados
por los granos, desgranando su fruto.
Los sueños de esparcen en su cerebro
que adormece los incestos dañinos de su cuerpo.
Su mente se hace gigante para que los sueños
prevalezcan, cual relámpagos salpicados del cielo.
Las estrellas enmudecen su brillo y sus ojos
marcan su rostro de escarcha.
Entre nubes vuela su cuerpo que no se detiene
aunque el tiempo este siempre presente
entre los pliegues de su piel que protege
su cuerpo. Y a su alma rejuvenece.
Gracias zagal, tu alma es un profundo fuego
una hoguera instalada en el tiempo cuyas llamas
alumbran mi espíritu y calientan mi cuerpo
que, ardoroso destella su calor a mi propio corazón,
afligido con las ardas del invierno.

02/08/14

Antonio Molina Medina