Deja que la luz
alumbre mi cabaña;
que las nubes
compartan
las sombras de mi
casa;
que sus ojos
miren
las pestañas de
los míos,
y que la lumbre
de su hoguera
caliente el
corazón
repleto de
esperanza,
que sueña con la
luz
que sus ojos
almacenan.
Y deja que su
corazón resuene
repleto de
sustancias,
para que me hagan
galopar
por esas verdes campiñas
que diviso desde
el alba.
Antonio Molina
Medina
05/09/16