TU SER Y MI SER UNIDOS POR LA PIEL

Temblor de cuerpos. Encuentro prolongado,
donde compartir vivos sentimientos.
Provocación del alma; lo que tú estimulas.
 
La llama se enciende. Arde candela
que atiza tu viento, tu sola presencia.
Las ondas se adentran por la herida
oxigena su mezcla, efervescencia que alivia.
 
El tiempo no existe. La luz nos penetra.
Yo no se pararla, ni ensombrecerla, ni mis
manos pueden contenerla.
¡Me niego a atajarla!
¡Que la reluzca la llama!
¡Que las ascuas me quemen!
Opto por heridas, a perder tu dicha,
amiga del alma.
Antonio Molina