Federico…

Encontró el amor y lo volteó a los vientos.
Las palabras sellaron su fina andadura.
Amó mucho y dejó su legado expuesto.
Su amor fue sincero y nos devolvió
su calor humano. Su muerte no es tal,
porque el amor no muere nunca
y, como él, siempre prevalece.


Antonio Molina Medina