Para
mi nieta Lucía.
Te conocí en el vientre de tu madre.
Brotó dentro de mí, amor inmaculado.
Cual manantial, emergió entre
montañas,
apaciguando mi vida atormentada.
Naciste de seres que te adoran,
que se envuelven contigo y se recrean.
Serás, manjar perdurable en su
despensa.
Y mantendrás mi vida en continua
primavera.
Que tu rebeldía sea mi alegría y para
ti,
lucidez y frescura, para alegrar la
vida
de
aquellos que contigo vivan.
Tendrás un mundo esquivo
que superarás con fe y gallardía.
18/05/17
Antonio
Molina Medina