PALOMA HERIDA

Una paloma herida

se posó en una rama verde,

su tallo recién poblado,

briosas sus hojas emergen.



A su calor se ha acurrucado

para lamer sus heridas,

arrullándose con ellas,

protegiéndose de gentes y de la vida.

.

Repuesta y alimentada

remonta el vuelo dichosa

del chaparro aun desnudo

donde posó sigilosa.



Vuela gozosa en el aire

con el consuelo en su mente

de que el corcho aflorará

de su tronco aún caliente.



De su tronco brotará

la corteza necesaria

para proteger su cuerpo,

después de una puesta de sol

vendrá un amanecer celeste.

Antonio M. Medina